Vie 31.05.2013
las12

MONDO FISHION

En busca de la identidad

› Por Victoria Lescano

Las imágenes de un fardo, pequeña población de remeras diseñadas por Mariana Dappiano en tonos intensos y con resignificaciones de la flora y la fauna de la Mesopotamia, que en los últimos días de mayo vistieron los niños y los adolescentes músicos que participaron del certamen “Iguazú en Concierto”, sumado a su anuncio de una acción de ventas junto a otros ocho diseñadores de Palermo Viejo, y que dedicada a los compradores mayoristas de las principales provincias del interior (transcurrirá entre el 12 y el 15 de junio en el Esplendor Hotel y donde cada participante mostrará su colección del próximo verano desde una suite), ilustran algunas de las estrategias de comercialización y alianzas ineludibles en la trama de la moda. Vestida con una chaqueta de la colección Refractado –corresponde al actual invierno tropicalista y se caracteriza por estampas geométricas en tonos de violeta, bordó y carmín–, desde el living con maderos y adornado con collages de las numerosas colecciones pictóricas de su local de Gurruchaga 1755, Dappiano se refiere al movimiento de moda de autor y adelanta algunos lineamientos de su nuevo proyecto, una línea destinada a engalanar los hogares de sus clientas.

“Lejos del fundamentalismo y las militancias de moda, considero que los cambios del barrio de Palermo hablan de una evolución natural. El abc del marketing indica que siempre hay un grupo que impone vanguardia, que algunos la siguen y hacen aportes y otros la bastardean. La disyuntiva actual de quienes en 2001 formamos un movimiento de moda de autor es cómo conservar la identidad aumentando los canales de comercialización. Considero que soy parte de una generación que fundó un barrio, impuso un concepto de moda, una manera de comprar indumentaria y de valorar las diferencias, además de imponer otra silueta. Así como a comienzos de 2000, en muchos de nosotros hubo una decisión por no hacer ropa para estar en todos los shoppings; ahora vemos nuevos modos de comercialización. De ahí que ahora nos juntamos los diseñadores de venta mayorista en Buenos Aires: Vero Alfie, Tramando, Juana de Arco, Cora Groppo, Garza Lobos, Seco, Kostume y Vevû (y Dappiano, claro). Como muchos de nosotros no tenemos estructuras comerciales para abrir locales en las diversas provincias y tampoco para pautar en las revistas de moda, nos planteamos qué pasaría si nos agrupáramos para llevar nuestras colecciones de verano al mercado masivo y a quienes tienen boutiques en el interior y nos compraban algunas prendas para venderlas junto a marcas más mainstream. El circuito de ventas en el Hotel Esplendor de Palermo permitirá que visiten las distintas suites con las colecciones de verano. Fue un desafío adelantar la producción de la colección, porque dar un salto en escala requiere de un cambio de idiosincrasia, y lo que yo hago no es para un gran caudal de gente. Mi versión de la camisa blanca es asimétrica y rara, y siempre tiene un componente orgánico. Mientras que una gran marca realiza mil, nosotros hacemos cien, pero sigo pensando que hay una manera posible.”

Como cofundadora de un movimiento de moda de autor, ¿cuál es tu mirada sobre el mercado de la moda actual?

–Los diseñadores consagrados quedamos en el medio, ya no somos ni emergentes ni jóvenes. Hay una concentración de incentivos que no nos llegan porque son para proyectos nuevos. En el mundo la moda está pasando por un momento muy raro. Se pasó de una exaltación del lujo y se necesita volver a hacer contacto con la gente desde la moda. En el circuito local el diseño de autor se montó en una imposición y se vació de contenido, razón por la cual necesita resignificarse. Y en eso estoy desde mi firma, en la búsqueda de una resignificación, después de trece años en el mercado. La colección de invierno tuvo un cambio de morfologías, aparecieron siluetas más contundentes, el abrigo se volvió más cuadrado, el vestido representa una funda y todo pasa por el textil. Fue casi como buscar un papel tapiz, además hay recursos que hacen guiños cómplices a las tendencias: así como hay un aparente furor del brillo, desde Dappiano dibujamos ese adorno desde las estampas. El trazo a mano alzada es un indicador de por qué sigo haciendo moda de autor. Así como el dibujo de perlas doradas apareció en camisas y monoprendas, los jacquards son dorados pero mezclados con algodón. Siempre hay una estampa que es un punto de partida, acá fue lo fractal, el juego de repetición y lo llevamos a elementos tales como un triángulo, un caracol o un broche.

¿Cómo definís la línea para el hogar que vas a lanzar como correlato de la colección?

–Se va a componer de mantelería, individuales, accesorios tales como necessaires y organizadores, objetos para el baño y alfombras. Una buena parte se está construyendo con desarrollos de textiles históricos, y otra con la colección de verano. De todos modos gira alrededor de lo utilitario, así como ya presenté una línea de medias a precios accesibles, pronto lanzamos los paraguas y pilotos y también los pequeños objetos que permitirán que mis diseños textiles ingresen en los hogares. En la actualidad el costo de hacer indumentaria en poco volumen es muy alto y tenemos un desarrollo de estampas y diseños muy amplio cada seis meses. Mi línea de accesorios apunta a que si te enamoraste de una tela te la podés llevar en un portalápices, un delantal de cocina, un par de pantuflas o pantallas para lámparas.

¿Cuáles son las ventajas que ofrece tu pequeña tienda virtual, que fue ideada a fines de diciembre?

–Los modos de venta online aún no están muy instaurados, hay cierto temor a errores en los talles y luego no poder hacer los cambios necesarios, pero les aclaramos que sí es posible y también intentamos que haya un diálogo personalizado. Hay algunos productos que sólo se venden online, de ciertas remeras a promociones de la colección y un ítem que llamamos “tienda de oportunidades”.

¿Cómo definís las señas particulares de tus clientas?

–Muchas de ellas, a medida que van creciendo, traen a sus hijas. Las usuarias de mi marca no son adolescentes, arrancan en una franja etaria desde los 25 años y la representan en su mayoría mujeres de cuarenta. En su mayoría son profesionales que siguen el diseño pero no veneran la pronta moda.

facebook.com/MarianaDappiano

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