SALUD Un nuevo test de VPH para prevenir y detectar el cáncer de cuello de útero se extenderá en los próximos meses a todo el país. Se trata de un estudio efectivo que permite visualizar población con cepas de virus de alto riesgo, con la particularidad de que pueden realizarlo las propias mujeres en la intimidad, lo que las libera de exponerse a los controles o maltratos del sistema médico.
› Por Luciana Peker
Si Tita Merello viviera podría decir “hacete el test para el vph”. Ya que el test de Virus del Papiloma Humano (VPH) se utilizó, en principio, en Jujuy, para prevenir y detectar el cáncer de cuello de útero. Y después de los buenos resultados, se prevé extender su uso a todo el país por parte del Ministerio de Salud de la Nación. En los próximos meses el estudio se va a llevar a Catamarca, Misiones y Neuquén y en 2014 estará disponible en toda la Argentina, en principio para los hospitales públicos y las mujeres sin cobertura médica y mayores riesgos de no realizarse chequeos anualmente de manera gratuita.
“Comenzamos por la Puna porque buscamos dar respuesta a muchas mujeres que por motivos geográficos, culturales y socioeconómicos tienen menos contacto con el sistema de salud”, señaló el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur. Pero también porque es allí donde más mujeres mueren por la inequidad de una enfermedad evitable, hasta ahora, con hacerse un Papanicolaou. Y ahora, también, con la detección de este nuevo estudio que, a priori, parecería ser una herramienta más eficiente para encontrar este tipo de cáncer específicamente femenino.
El jefe de Patología del Hospital Pablo Soria de Jujuy, Oscar Marin, y miembro de la Sociedad Argentina de Patología, resalta: “Permite identificar a la población que tiene cepas de virus de alto riesgo de VPH, realizar seguimiento y tratamiento de aquellas lesiones ‘precursoras’ evitando la aparición del cáncer de cuello uterino”. Se concluyó “que el test duplicó la capacidad para encontrar y tratar a las mujeres con lesiones precancerosas. El dato surge como resultado del trabajo realizado durante 2012, que incluyó el tamizaje a más de 22.800 mujeres de 30 años o más. Por otra parte, la tasa de positividad del test de VPH fue del 12,7 por ciento, es decir que del total de mujeres estudiadas, 2919 tenían VPH de alto riesgo oncogénico. En tanto que los análisis realizados hasta el momento muestran que se han confirmado por biopsia 240 casos de lesiones precancerosas o cáncer, lo que representa una tasa de detección del 1,05 por ciento, la que casi duplica a la obtenida con el Papanicolaou (PAP), que en 2011 fue del 0,6 por ciento”, resalta el Ministerio de Salud.
Respecto de la diferencia entre el PAP y el test de VPH, el subsecretario de Salud Comunitaria de la cartera sanitaria nacional, Guillermo González Prieto, explicó que “el PAP requiere una lectura especializada, con un parte médico; mientras que el test de VPH es un método bioquímico más veloz y mucho más sencillo, sobre todo para hacer en escala a gran cantidad de gente”, a la vez que remarcó que con este test además “se detecta mucho más y en caso de que dé negativo, por tres años no se tiene que volver a hacer”.
“Se ha comprobado que la causa necesaria del cáncer de cuello de útero es la infección por VPH, cuya principal vía de transmisión es la sexual. Existe una asociación de más del 99 por ciento entre el VPH y el cáncer de cuello de útero”, asegura el Ministerio de Salud. Por eso, su detección es tan importante para impedir que las mujeres desarrollen un carcinoma de cuello uterino. Pero no se trata de anular el Papanicolaou. “Existe amplia evidencia científica que da cuenta de los beneficios de incorporar esta prueba como método de tamizaje primario, en combinación con el PAP, a los programas organizados de prevención de cáncer cervicouterino”, se recomienda.
Desde Jujuy, Adriana Magdaleno, directora provincial de Atención Primaria de la Salud (APS), le cuenta a Las/12 que una de las características de esta herramienta fue la posibilidad de la autonomía de las mujeres. “En el año 2012 se realizaron 24.655 tomas de test de VPH para serotipos de alto riesgo, de las cuales 22.072 fueron tomas realizadas por un profesional y 2583 fueron realizadas con la modalidad de autotoma, que consiste en la extracción de una muestra de células vaginales por la mujer en su domicilio con un cepillo que le fue entregado por el agente sanitario en la visita domiciliaria, dándole la posibilidad de realizarse ella misma el estudio en un contexto de intimidad y privacidad.”
Josefina Ramírez, coordinadora de Zonas Sanitarias de APS, agrega sobre este sistema donde las mujeres no tienen que exponerse al sistema médico (algo que muchas veces las inhibe de realizarse los controles por pudor, vergüenza, barreras culturales o miedos a maltratos): “La modalidad autotoma fue parte del Proyecto EMA, que fue avalado por la Agencia Internacional de Investigaciones Sobre Cáncer de la Organización Mundial de la Salud. Se ofreció la autotoma a 3033 mujeres, de las cuales aceptaron 2583, lo que representa una aceptabilidad del 85,2 por ciento. De estos estudios, el 12,4 por ciento fueron positivos para VPH. Y el 73 por ciento de las mujeres que se la realizaron no tenían un PAP registrado en el Sistema de Información de Tamizaje (Sitam) desde el año 2009”.
¿Cuáles son las otras ventajas para las mujeres? Marin responde: “Es un test de sencilla aplicación, es totalmente indoloro, permite separar población de mujeres con verdadero riesgo de padecer cáncer de cuello uterino de aquellas que no tienen riesgo. Detecta trece cepas diferentes de HPV de alto riesgo. Eso permite, mediante métodos de tratamiento sencillos y poco costosos, impedir la aparición del cáncer avanzado de cuello uterino. Mientras que aquellas mujeres con test negativo también tienen beneficios, ya que su control de Papanicolaou se espacia en el tiempo, con una mayor comodidad para ellas. Básicamente un enorme número de mujeres con un sencillo tratamiento o vigilancia no padecerá de este cáncer, que es un verdadero flagelo. Además, el test de HPV tiene una mayor sensibilidad que el Papanicolaou, estimada en un 95 por ciento, mientras que la sensibilidad del Papanicolaou es cercana al 50 por ciento, es una enorme diferencia y un argumento de peso en su utilización a escala poblacional”.
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