Una tras otra se suceden las absurdas situaciones que atraviesan los personajes, como cuentas de un collar de chistes tristes en una sintonía humorística a la que el cine uruguayo ya nos ha introducido y nos resulta familiar. Un padre divorciado (Néstor Guzzini) sale con sus hijos, Lucía (Malú Chouza) y Federico (Joaquín Catiglione), hacia unas termas una madrugada de tormenta. Las vacaciones van a ser cortas y hay que aprovecharlas al máximo pero, aunque el padre trate a toda costa de que nada arruine sus planes, la lluvia continúa estirando el tiempo sin demasiadas actividades que entusiasmen a nadie, en especial a Lucía. Y cuando se despeja, la relación de un padre con los catorce años de su hija en primer plano encuentra su escenario en lo cotidiano y en la encerrona de una situación. Esos momentos en los que se manifiesta todo, cuando no hay nada que distraiga de la relación misma, una relación que por otra parte se encuentra en su grado cero, por la edad límite, por las circunstancias familiares y que, en definitiva, puede establecerse de alguna manera aún no descubierta. Deberán pasar por esta situación en la que no hay nada que hacer más que estar juntos y vivir. Toda la película es el tironeo entre la indiferencia de la hija o la distancia que intenta poner y la conquista del padre de su confianza sin drama ni psicoclimas. Pero Lucía empieza a tomar sus propias iniciativas, a seguir su propio deseo, en las grietas que dejan los tiempos muertos, en las delgadas franjas de territorio libre que permiten las vacaciones y que son los comienzos de la independencia a los tropiezos. Apuntan las directoras que la idea fue tratar de generar un estado de ánimo que nos acerque a lo que sentíamos cuando teníamos la edad de Lucía. En ese posible acercamiento hay una revisión crítica, incluso autocrítica. “Ahora somos capaces de hacer algo que a los 14 años resulta impensable: entender tanto al padre como a la hija. Podemos sentir ternura y empatía por los personajes pero sin ser condescendientes con ellos, sin juzgarlos ni justificarlos”, afirman.

Ana Guevara Pose nació en 1980 y Leticia Jorge Romero en 1981, ambas en Montevideo. Se hicieron amigas estudiando Ciencias de la Comunicación. Comenzaron a escribir juntas y en 2006 filmaron su primer cortometraje, El cuarto del fondo. En 2008 filmaron el segundo, Corredores de verano. Los dos fueron seleccionados y exhibidos en festivales de todo el mundo. Tanta agua es su primer largometraje y se estrenó en la Berlinale de este año, en la sección Panorama.

Tanta agua, 2013. 102 minutos. 19 únicas funciones: jueves 14 de noviembre, a las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas. Viernes 15, sábado 16 y domingo 17 a las 14.30, 17 y 19.30 horas. Lunes 18, no hay función. Del martes 19 al domingo 24 a las 22 horas. Sala Lugones, Teatro San Martín (Avda. Corrientes 1530). Tel: 4371-0111. Entrada general $ 25. Estudiantes y jubilados $ 15.