Las mochilas o backpacks surgieron en versión chic y utilitaria a mediados de 1980 para popularizarse en 1990: el modelo ideado por Miuccia Prada en 1985 y con technofabrics que diferían del cuero afín a los baúles de viaje de la firma de su familia revolucionaron y democratizaron nuevos accesorios.

La popularidad de la cartera para acarrear en la espalda se puede fechar en 1995, lejos de la acepción de bolsa de viajeros, cuando ingresó al imaginario y como cartera de las ejecutivas: desde el mercado de lujo Hermès ideó el modelo Kelly à dos y Gucci las plasmó en rosa y amarillo. Desde el mercado americano, DKNY la trazó en rafia, emulando bolsas de picnic, y la diseñadora Anna Sui realizó modelos diversos (sus mochilas reprodujeron tanto la silueta de sus adorados perros como pequeños modelos ready to disco en tonos oro y plata); por su parte, Agnès B hizo mochilas inspirándose en carteras de colegiales.

El nuevo revival de la mochila representa uno de los ítem de moda de las firmas locales. Polonia Cruz, una marca ideada en 2012 por Soledad San Juan (cuya formación denota algunos estudios de estilismo con otros de marroquinería y de teatro), desde su showroom hogareño de la calle Güemes cimentó tanto su colección debut como la actual, llamada Raíz, en base a nuevas morfologías de la mochila de los años ‘90. Su modelo fetiche, llamado Madre Tierra, tiene una silueta estilizada, propone diversidad de cueros y permite acarrear y proteger los gadgets digitales desde bolsillos creados para esa función, además de ser usado también para llevar del hombro. Señala que el disparador de sus diseños fue un viaje en tren que hizo por Europa a comienzos de 2010, la observación de los estilos en boga en sus recorridos como el nuevo furor de las bicicletas que apreció en su regreso a Buenos Aires. Pero son las y los ciclistas y también las viajeras quienes suelen llamar a su timbre para proceder a la compra o bien quienes eligen el modo compra en la tienda online. “La cartera es una extensión del cuerpo y de la mente”, señala Soledad mientras sirve un té orgánico. Al momento, la marca propone seis modelos de carteras, que responden a la premisa “que sean clásicos pero con algún detalle que los diferencie y hable de la contemporaneidad”. En el recorrido por su exhibidor, además de las emblemáticas mochilas en negro y en blanco (remitirse al modelo Osa Menor que sigue los preceptos de las emblemáticas mochilas de los ‘90), existe una bolsa o tote veraniega en combinaciones de blanco y negro, negro y rosa, o bien la cantera Antares, un modelo de bandolera que muta en sobre. Existe además una versión símil portafolios y cartera elegante llamada Corteza, en cueros craquelados y en tonos negro, negro y azul francia y rojo, además de una riñonera en blanco, negro y gris y una cartera minimalista y con todos los recursos de un portadocumentos apodada Travel Bag. Destaca además el modelo Tallo: una mochila masculina con una solapa de cuero flexible que cubre los cierres.

Vestida con jeans de estilo grunge, botas y una polera en tonos beatnik, añade Soledad en relación a su compulsión por las carteras. “Siempre tuve devoción por las carteras y los zapatos, considero que el placard y el gusto de mi madre –radicada en el sur– es un influencia constante.” Soledad agrega que su hermana Rosario, una experta en publicidad y con el oficio de diseños en cuero aplicado en su paso casi fundacional por la firma Blackmamba, es su actual socia y quien desarrolla las labores de seguimiento en los talleres y la administración. Acerca del recorrido propio y sus inicios, señala: “Empecé con el taller y una inversión de 20.000 pesos buscando cueros y avíos, al principio fue muy cuesta arriba, algunos proveedores no me tomaban en serio, tal vez por mi edad –tiene 25 años–; con frecuencia me decían que nada se podía desarrollar. Pero luego de algunos pasos en falso y el plagio de uno de sus modelos para firmas del mainstream, resalta la actual labor con una curtiembre y un proveedor de Lanús Oeste: “Allí me ayudan a desarrollar y concretar mis ideas, aportan soluciones para mis diseños”. De sus actuales estudios de marroquinería y su análisis de las nuevas tendencias y modismos en el desarrollo de cueros, destaca un cuero craquelado y con efecto de charol: “Esa textura me apasionada y ya estoy diseñando la colección de verano: va a destacarse el uso del azul francia, el naranja y el nude, además del negro y el blanco que hago siempre”. Como novedad para su familia de mochilas y carteras surge la realización de un porta ipad multipropósito: puede mutar en sobre y ser usado con una correa, el material será ese nuevo cuero de efecto acharolado en tonos fuertes. Tal modelo promete convertirse en uno de los posibles hits de su firma, cuyo nombre surgió en una clase de teatro y en tributo a su bisabuela –Polonia– que en la caracterización y construcción del personaje de ficción fue tanto una bailarina de flamenco como una escritora y sin duda llevaba alguna cartera utilitaria en el escenario.

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