MODA
Fetiches
Un grupo de artistas y diseñadoras de moda –Ailí Chen, Aída Sirinian, Constanza Martínez, Julia Verri, Karina Farías, Laura Scotti, Maria Allemand, Mercedes Pujana y Silvia Gai– trasladaron sus reflexiones sobre la fragilidad, el cuerpo femenino y el erotismo en Revestirse, una puesta que cruzó límites entre moda y arte.
› Por Victoria Lescano
La puesta fue en El Borde, nueva galería de arte situada en Uriarte 1356, donde previo paso por un sendero de cemento y un bar deli comandado por el experto Rolando Borenztein, el tour comenzó con un traje de Aída Sirinian (la diseñadora que habitualmente hace trajes a medida con sublimes organzas y punto).
El vestido en cuestión en rosa pastel apareció literalmente trasheado con bordados de ovarios y pezones y enfrentado a un laberinto de espejos continuó con una bello simulacro de medias sombreadas con cientos de agujas de bordar y un hilo infinito, resultado de los sutiles experimentos de la artista Ailí Chen. Para quienes se detuvieron ante la serie de esculturas de crochet que simulan piel van las palabras de su autora, Silvia Gai: “Pasó que encontré en el placard de mis padres unos tejidos que había hecho de chica, eran carpetas de crochet absolutamente amorfas y se habían vuelto amarillas, ahí entendí las vinculaciones entre las tramas de esos hilados a mano y las texturas que surgen de observar en el microscopio” (ella trabajó en un laboratorio de anatomía patológica).
La producción más reciente de Gai se aparta de la observación de la piel vía microscopio para ingresar en lo que reviste, sumergiéndose en un universo muy Cronenberg. Valiéndose de primorosos hilados blancos, lanas rojas y azules y puntos de crochet, teje corazones y secuencias de hígados a los que tituló Donaciones. “No hago ninguna bajada de línea sobre la donación de órganos, y en mi taller se dieron situaciones muy bizarras a partir de esa piezas; los amigos que vinieron a visitarme durante el desarrollo no pudieron evitar probarse los pulmones o un hígado por encima de sus camisas”, agrega sobre esa serie bizarra.
Los pliegues de la piel fueron el tópico de las series fotográficas de la artista Laura Scotti que ocuparon la pared continua a los tejidos. “El eje de mi investigación son las relaciones entre el cuerpo y el lenguaje, no importa tanto a qué parte del cuerpo hago mención sino que se pierda el registro y que a la piel pueda asociársela con otras cosas. Las bauticé Autoerotish porque son fotografías que me saqué a mí misma con la cámara digital de una amiga y en muchas parece que hubiera más de un cuerpo”, dice la artista formada en clases de la Pueyrredón y los talleres de Carolina Antoniadis, y cuyo campo de experimentación incluye además objetos de látex.
“Que la obra sea ambigua, que sea difícil de definir y que dependa de cómo y en qué lugar la vea, según las condiciones de luz de ese ambiente y la distancia”, define de esta manera Ailí Chen las premisas del simulacro de medias, enfundando piernas con un obsesivo despliegue de agujas que cautivaron en la planta baja de la sala (lució un punto rojo en señal de adquirido instantes después de la inauguración). Chen estudió arte en la Pueyrredón y su debut en cine, antes de protagonizar a una joven artista y motoquera en el film Sólo por hoy (el film que celebra su romance con el director Ariel Rotter), fue como asistente e intérprete de Wong Kar Wai cuando a fines de los ‘90 ese director chino de culto se radicó entre LaBoca y las Cataratas para filmar el melodrama gay Happy Together, luego incursionó en vestuario para comerciales y actualmente es una de las directoras de arte más solicitadas en la publicidad local.
“Queríamos hablar de la mujer citando antiguas campañas gráficas dedicadas a la costura, la cosmética y la comida, todo lo que en los dictados sociales de los años cincuenta se vinculaban exclusivamente con actividades femeninas. Hicimos una serie de 17 cuadros con collages y los envolvimos, ironizando con esa idea de la caja de bombones o las galletitas que luego devienen costurero, y luego una serie de telas y remeras de edición limitada con esas estampas”, apuntan Constanza Martínez y Julia Verri. Ellas recurrieron a la colección de revistas Readers’s Digest, de cuyos slogans publicitarios destacan: “Jugamos con el absurdo, estampando labiales que prometían ser duraderos, los talcos perfumados y el perfume Tabú, un clásico de la firma Dana cuya publicidad comparaba la belleza y el amor apasionado con un Nocturno de Chopin. Encontramos un caso desopilante, el de un comercial de un dentífrico que advertía que por tener mal aliento podrías quedarte soltera. Quisimos homenajear a un género que se extinguió porque la publicidad actual es cada vez más fría y despojada”.
“Partí de investigaciones en heráldica y las camisolas y vestimentas que se usaron para la guerra, después llegué a estos trajes que muchos me dicen que les recuerda a ropa de ángeles”, cuenta Karina Farías, otra artista presente en Revestirse. Es la autora de una serie de vestidos en miniatura y una estética a medio camino entre trajes para ángeles y toiles en miniatura que colgaron de un círculo, algunos bordados de pétalos, resinas, otros cuidadosamente agujereados.
La planta alta, final del recorrido y living del hogar de la curadora Olga Martínez, estuvo consagrada a la puesta de muñecas de trapo cuasi medicales de Maria Allemand y Mercedes Pujana: “Tomamos textos de Bárbara Kruegger y Jenny Holster y sus discusiones del cuerpo como espacio de debate. Durante el desarrollo de las muñecas nos influenció mucho algo que me contó mi padre. El es ginecólogo y nos habló de un nuevo método para prevenir el cáncer de mama y que no es otra cosa que la atrocidad de hacer mastectomías porque, claro, si no tenés tetas, ahí disminuyen las posibilidades de enfermedad. Nos dio tal espanto que hicimos varias muñecas mutiladas –dice María–. Ahora estamos trabajamos en un corto con muñecas en escenarios naturales y definimos nuestras obras como un extraño límite entre la muñeca, el objeto y la escultura”.
Las obras que participaron en Revestirse se pueden visitar en www.sitearte.com