COSAS VEREDES
El gran gol
Por primera vez en la historia, una mujer llegó a la final de los premios Puskás, que corona al mejor y más bello gol del fútbol mundial. Compitiendo contra James Rodríguez y Robin van Persie, Stephanie Roche quedó segunda, pero sentó precedente.
› Por Guadalupe Treibel
Sin duda, habrá más de un coterráneo desgarrándose las vestiduras al grito de “¡Cristiano Ronaldo, no! ¡Messi! ¡Lo merecía Messi!”, a cuento del prestigioso galardón con el que la FIFA y la revista France Football recientemente premiaron al mejor jugador del mundo del 2014. Empero, el Balón de Oro fue al portugués, quien recibió el trofeo emperifollado en smoking azul, aprovechó la ocasión para echar un peculiar bramido y terminó con esperanza matemática: la de acumular próximos trofeos para alcanzar el record –cuatro– del introvertido rosarino (“Lio”, para los amigos; “la Pulga” ¿para los zoófilos?). Como sea, si Emmanuel Neuer, Ronaldo o Messi, poco importa en esta página. Porque acaso fue otro el gol de media cancha que casi, casi, casi, casi es tremendo tanto simbólico. Pero no fue, pegando en el metafórico palo de las primeras veces históricas.
Ocurrió en la terna “Mejor gol de 2014” (alias, Premio Puskás, en honor a Ferenc “Cañoncito Pum Pum” Puskás, jugador húngaro de los años ’50), donde tres futbolistas competían por el título. A saber: el colombiano James Rodríguez; Robin van Persie, de Países Bajos, y la delantera irlandesa Stephanie Roche (Dublín, 1989). Y si el asunto es noticia y amerita redoblantes es porque su “golazo” o “maravilla técnica”, a decir de los especialistas y de la FIFA, es el segundo con autoría femenina en ser considerado para este premio, y es el primero en llegar a la instancia última. “El anterior fue, en 2011, el de la americana Heather O’Reilly, pero no llegó a la final. Este sí”, subraya el diario español El País, resaltando la importancia del logro. Narrando además el mentado punto: “SR recibe el balón, controla con la derecha, amaga, hace un sombrero con la izquierda y lo empala, de volea, con la zurda. Un tanto de malabarista”.
Pues, este tanto de malabarista –del Peamount United contra el Wexford Youths– quedó segundo en el podio, superando al “acrobático remate de cabeza” de Van Persie frente a España en el Mundial de Brasil. Pero sin poder ganarle a don Rodríguez por la volea con la que abrió el marcador ante Uruguay en los octavos de final de la Copa del Mundo y que lo hizo triunfador. Ojo, Stephanie tampoco estuvo tan, tan lejos: mientras JR recibió el 42 por ciento de los votos del público, Roche sumó el nada despreciable 33 por ciento. Algo que la –ahora– jugadora del ASPTT Albi, en Francia, espera que “ayude a promover el fútbol femenino dándole más publicidad” e incentive a más y más mujeres a participar del deporte.
Por lo pronto y aunque cebollita, a Stephanie le queda cierto consuelo: el clip de su magia en YouTube le pasa el trapo en viralidad a la magia de sus contrincantes. ¿Bálsamo número dos? Haber contado con el apoyo de figurones que solicitaron a sus fans que votaran por ella –entre ellos, el futbolista inglés Ian Wright, el defensor brasileño David Luiz y Niall Horan, uno de los pebetes de la banda sensación One Direction–. Y todos en casa, con el pecho inflado: “Tu país se siente orgulloso de ti”, tuiteó la Asociación de Fútbol Irlandés (FAI), mientras el ministro de Turismo y Deporte, Michael Ring, la llamó “una embajadora extraordinaria” y las redes sociales la volvieron trending topic del día. Es más: a la fecha, muchos continúan sosteniendo que el suyo fue el gol más bello.
Otros no tanto... Porque como era de esperar, comentaristas del Planeta Tierra descalificaron la calidad del tanto por haber sido realizado por una dama en un equipo menor, apenas con público presente; dijeron que hubieran prendido fuego edificios si ella hubiese ganado; incluso aseguraron que, de coronarse vencedora, el hecho hubiese socavado la legitimidad del fútbol femenino, porque “sólo ella hubiese triunfado por ser mujer” (sic)... Pfff, claro, porque comparando los beneficios que percibe tal o cual género, las señoras y señoritas siempre la llevan más liviana; por el amor de (insertar dios a elección)... Tampoco faltaron los medios que, lejos de concentrarse en la carrera de esta artista del balón, se detuvieron en la fotito de la ceremonia, en cómo Cristiano y Lionel relojearon a la ternada, en cuán guapa lucía, entre otras cuestiones. Por fortuna, hubo contracara: quienes comprendieron la significancia de que una muchacha llegara a la final de los premios Puskás por primera vez; quienes destacaron los esfuerzos de una chica que empezó a pelotear de peque y pegó el salto a un equipo con apenas 11 añitos. Empero, hasta su incorporación el pasado julio al equipo francés, Roche debía laburar full time en otras áreas para financiar su pasión por el balompié: “Ahora tengo un contrato profesional que me permite dedicarme de lleno a ello, pero nunca ha sido así. Tenía que trabajar y luego entrenar, además de los partidos. No tenía el privilegio de poder dedicarme sólo al fútbol”. Guarda, tampoco se ha vuelto millonaria; lejos de serlo: según informan diarios británicos, SR gana 650 libras al mes, más gastos de vivienda.
Por lo demás, cuando una fervorosa editorial del Irish Independent del mes pasado instó a sus lectores a votar por Roche porque el suyo era el mejor gol, no porque fuera una dama, la chica se alegró mucho. “Estoy orgullosa de ser la primera mujer entre los tres primeros ternados, pero preferiría que mi gol fuera entendido como un gran gol y punto; no como un gran gol femenino. Muchas colegas les dirían lo mismo: que queremos ser reconocidas como jugadoras y atletas en términos equitativos”, declaró la blonda con las piernas de oro.
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