Vie 16.01.2015
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Poder femenino, ¡actívese!

Nuevamente conducido por las fabulosas Tina Fey y Amy Poehler, la última entrega de los Globos de Oro se caracterizó por ácido humor feminista y reflexiones de género.

› Por Guadalupe Treibel

“De cómo Amy Poehler y Tina Fey hicieron de los Globos de Oro la primera entrega feminista de premios a la industria del cine y la televisión”, titula The Guardian con ojo y acierto, festejando el imposible conseguido por las reinas de la comedia. El logro, destaca la periodista Hadley Freeman, “no puede medirse necesariamente en términos de quiénes se llevaron la estatuilla; aunque todas las ganadoras son espléndidas, y el galardón a Jeffrey Tambor por su performance como una mujer transgénero en la serie Transparent es un triunfo para el movimiento”. Pues, quienquiera que haya tenido la fortuna de ver/escuchar el monólogo inicial de esta dupla implacable en su tercera y última conducción del evento, le dará la diestra al medio brit. Y, de quedarle algún estereotipo misógino repiqueteando (que las damas no están hechas para el humor, que los chascarrillos son cosa de varones), quizá lo eche definitivamente por tierra. (Quizá no, considerando que han habido –y hay– cómicas excepcionales desde hace rato –Moms Mabley, Phyllis Diller, Joan Rivers, Lucille Ball, Wanda Sykes...–; pero la ilusión es lo último que se pierde.)

Lo certero es que, en la edición número 72 de los Globos de Oro, las declaradas feministas Poehler y Fey les pasaron el trapo a los prejuicios. Evidenciando, además, que el humor feminista (con perdón de la iteración) puede ser mordaz, sardónico, contonearse en los bordes de la incorrección y, sin tanta calesita, ser sencillamente genial. A punto tal de generar la risa franca de la crème estelar, permeable a ser el blanco de las bromas cuando la ocasión lo amerita. En petit recuento, algunos momentos destacados del pasado domingo, donde las actrices, amigas y coprotagonistas del venidero film Sisters se van al tacho.

Al presentar a Patricia Arquette por el film Boyhood, T&A explicaron que la película “demostró que, en efecto, hay roles buenos para mujeres con más de 40 años... siempre y cuando sean contratadas antes de cumplirlos”. ¿Una cachetadita al imperativo de eterna juventud femenina que rige el show biz? Pues, sí, y también al pánfilo de Russell Crowe, que hace unas semanas se pasó de listillo proclamando que las señoras de cierta edad que no consiguen trabajo deben culparse a sí mismas por hacerse las pendejas “y esperar que las llamen para personajes de pibas de 21”. ¿Las frutillas de la noche? Todavía más ácidas...

“George Clooney se casó con Amal Alamuddin este año, una abogada especializada en derechos humanos que trabajó en el caso Enron, fue asesora de Kofi Annan en relación a Siria y es una de las tres personas seleccionadas para integrar una comisión de la ONU que investiga los crímenes de guerra en la Franja de Gaza. Por eso, esta noche es su marido quien recibe un premio a la trayectoria”, disparó Tina. Y afiló los dientes para el momento (de justicia total) que dejó a la audiencia en estado de shock: al “resumir” la cinta Into the Woods, T&A desarrollaron que allí “Cenicienta huye de su príncipe, Rapunzel es lanzada de la torre por su príncipe y... la Bella Durmiente piensa que sólo se está tomando un café con Bill Cosby”. La referencia, clarísima: el actor suma decenas de denuncias por drogar/dormir y violar/abusar de cantidad de mujeres. Ni los hermanos Grimm podrían haber escrito cuento tan siniestro.

Empero, quizá, lo más curioso de la jornada haya sido el espíritu feminista generalizado entre las artistas presentes. Cuando las míticas Lily Tomlin y Jane Fonda presentaron la terna a mejor actor de comedia, se despacharon al irónico son de “Por fin terminamos con el estereotipo negativo de que los tipos simplemente no son graciosos”. “You’ve Come a long way, baby”, coronaron a lo Virginia Slims. Luego: Arquette, mejor actriz de reparto por Boyhood, le dedicó el premio a quienes, como su personaje, “son madres solteras y no son suficientemente valoradas por ello”. Joanne Froggratt, del culebrón brit Downton Abbey, se refirió a las sobrevivientes de ataques sexuales. Julianne Moore, mejor actriz del drama Still Alice, destacó que el laurel es prueba de que vale la pena contar historias de mujeres de todas las edades y develó que aceptó el rol a pesar de que le aconsejaron no hacerlo “porque nadie quiere ver una película sobre una señora de mediana edad”... Se ve que las estrellas de Hollywood, aunque altas en el cielo, tienen los pies en la tierra. Y las raíces están más fuertes que nunca.

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