Algunos la llaman “la reina de los carbohidratos”; otros optan por “diosa del desayuno”. Sin embargo, de tener que etiquetarse, la artista canadiense Chloe Wise –con base operativa en Nueva York– prefiere que le digan “feminista”. O, mejor aún, que expliquen las intenciones de su última y más popular exhibición, Pissing, Shmoozing, and Looking away. Una peculiar muestra donde la joven muchacha “explora los caminos entrelazados que el consumo y el deseo toman hacia la formación de la identidad”. ¿Cómo? Pues, de manera simbólica, ligeramente extraña, ciertamente gastronómica: recreando y creando carteras premium a base de... comida. “Está el bolso Croissant Dior, Coach Bagel and Locks, Prada Challah, Belgian Moschino Waffle, y obvio, la Fendi Baguette”, enumeran quienes dan cuenta de un show que, llevando el concepto a fondo, ni siquiera escatima en “juguetes sexuales kosher”, como la paleta Matzochism marca Dooney & Bourke.

Aunque irreverentes, las piezas no buscan generar risa. Más bien, combinar los gustos más habituales de la gente, y cuestionar los conceptos de éxito y consumo salvaje que traen aparejados. Por ello, opta por deshacer los valores de uso y presentar calóricas representaciones de lujo que interroguen sobre qué llena la vida realmente. Para Wise, es el arte. Y sus bolsos, como aquel Bagel Nº 5 que prestó a la actriz India Menuez para una première el año pasado, despertando el interés de los medios de moda presentes en aquella alfombra roja. Con todo, a la muchacha no se le escapa la ironía de que el mismo universo consumista que ella cuestiona sea el que haya convertido a su trabajo en tópico viral (y por tanto, rápidamente olvidable). En sus palabras: “Que el mundo de la moda abrace una crítica de tal modo sólo demuestra el punto al que apunto: la insensatez casi ciega de la vida y la muerte de las tendencias”.