“La perfección es la enfermedad de una nación; la belleza duele, la belleza duele”, enuncia la diosa contemporánea, radiante estrellita Beyoncé, en su himno sagrado Pretty Hurts. Y aunque mucho se ha dicho sobre las consecuencias fatales de la malsana búsqueda por representar los ideales físicos socialmente impuestos, cualquier encarnadura del tópico sigue siendo necesaria. De modo que ¡bienvenido sea el trabajo de Justin Bartels! Porque, en su serie Impression (en criollo, “Impresión” y/o “Huella”), el joven fotógrafo con base en San Diego, Estados Unidos, encuentra una sutil manera de reflejar el dolor que restrictivas prendas dejan en la carne. “Me perseguían los interrogantes alrededor del hecho de que tantas mujeres estén dispuestas a usar ropa sumamente incómoda para mejorar su autoestima”, resume el muchacho sobre el puntapié inicial que, más tarde, devino en viral serie. Serie que básicamente documenta –en blanco y negro– la piel de damas y damitas tras quitarse conjuntitos que han dejado (literal) marca en ellas. Significativas huellas de un “deber ser” que deja momentáneas cicatrices en el afuera. Y no tan efímeras cicatrices por dentro.

Para el despierto Bartels, la intención entonces es: “Inspirar a que las mujeres cuestionen lo que llevan y los motivos para hacerlo”, amén de liberarse (o, al menos, elegir conscientemente) sus decisiones estetizantes. De hecho, para resaltar cómo los medios de comunicación manipulan y presionan “para comercializar una imagen estereotipada, independientemente de cómo afecte a su target”, Justin decidió titular a cada una de sus fotografías con titulares extraídos de revistas de moda. Y, echando un vistazo a los textuales, sí que generan dolor: “Tacones que harán que los hombres volteen a verte”, “Jeans calientes para un cuerpo caliente”, “La decoración precisa para que la sangre de tu chico bombee con fuerza”, “Lucí como una celebridad con esos vaqueros ajustados”, “Tené un escote sexy”, son algunas de las recopiladas frases por JB; acompañadas ellas por: sentidas estampas en piernas, espalda, pies, culetes, todo el set. Porque, sin resignar a los clichés, una imagen (o varias de ellas) vale más que muchas, muchas palabras.