MONDO FISHION
› Por Victoria Lescano
Quienes el martes 19 asistimos a la presentación de la colección Ramírez Denim, desarrollada en una alianza con la firma Santana Textiles y construida con cientos de metros de una variedad de denim premium apodada Loco Serious, pudimos apreciar también el documental que ilustró los pasos del proceso industrial, las pruebas y las tomas de la campaña en el estudio de lxs fotógrafxs Val-Musso donde dos modelos (mujer y hombre) derriban límites de género llevando idénticos peinados con gomina a la usanza de tanguerxs devotxs del denim y sus siluetas esbeltas entalladas en idénticos conjuntos de blue jean. Lxs modelxs emergieron desde las bambalinas de la cocina preciosista del restaurante Tegui, cruzaron el patio con un fondo de chapas blancas donde crece una plantación tan bella como anacrónica, para luego deslizarse por una pasarela simétrica y gourmet delineada por largas mesas vestidas con manteles de hilo blanco y bancos de madera donde transcurrieron tres secuencias de moda en denim. Por un lado y al ritmo del rock western cruza con prédicas dero Johnny Cash, las y los modelos llevaron democráticas chaquetas cortas con jeans cigarette o flares azulinos en tonos 326 y 327 y continuaron con pasadas de jean negro al ritmo de “The man in black” matizadas con camisas blancas cruzadas y con lazos en la cintura, pantalones bombilla para dandies lo más parecidos a leggings haute couture: semejante artilugio indumentario compone junto a la minifalda el listado de prendas prohibidas en el manual de estilo del diseñador. Frente a una pizarra que anunciaba la alianza asomaron también combinaciones de pantalón de montar con botas de caña alta con influencias de la equitación, poleras negras en velvet orgullosas de sus mangas cortas y camisas blancas matizadas con corbata y chaqueta corta. Largos vestidos en el mismo símil velvet coronados con chaquetas denim con acentuados pespuntes y bolsillos cuadrados ilustraron un guiño cómplice al actual revival de los años ’90.
Una insólita imagen del modisto Paul Poiret fechada en 1928 lo muestra vestido con un jardinero de jean y una campera de ese democrático material anticipándose al concepto “designer’s jeans” que predicaron desde 1980 Marithé François Girbaud, Fiorucci y Jean Paul Gaultier. Pero para Pablo Ramírez el denim representa la coartada y el disparador de sus comienzos en la moda, cuando participó del concurso “Tela y Talento” con diseños en jean emulando jumpers de colegio. Todo un vaticinio de su trabajo del futuro (remitirse a la colección Escuela y a su aproximación a la vestimenta como uniforme chic). Si bien no ganó el primer premio, el jurado decidió idear un galardón que consistió en un viaje a París y una pasantía en un estudio de diseño que por entonces dirigía el padre Alber Elbaz, actual diseñador de Lanvin. Acto seguido desarrolló diseños para Pepe Jeans y de regreso a la Argentina, mucho antes de lanzar su marca propia trabajó en Gloria Vanderbilt y en Via Vai. A veinte años de sus inicios en la moda, Ramírez sentencia acerca de la alianza: “Son prendas clásicas del jeanswear, el denim es una tela que mejora con el paso del tiempo y da forma a prendas eternas”.
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