Por primera vez Barcelona tiene una alcaldesa. Ella es Ada Colau, activista de Barcelona en Comú, que llegó a la jefatura de Gobierno con el respaldo de los partidos de izquierda. Colau prometió “levantar alfombras” y que el Ayuntamiento tenga “paredes de cristal”. También aseguró que va a defender el derecho a decidir. Y, para que el acto pueda ser masivo y no dejar en casa a las madres, puso una guardería en la plaza de Sant Jaume. Mientras que en Madrid asumió Manuela Carmena. “Queremos gobernar escuchando que nos llamen por nuestro nombre de pila, que nos tuteen, que sepan que somos sus servidores”, sostuvo en su discurso de toma de mando.
La Campaña Nacional por el Derecho a Decidir se manifestó, el 9 de junio pasado, frente a la Representación del gobierno del estado de Chihuahua para exigir que no se criminalice a dos jóvenes –trabajadoras de una maquila– que fueron detenidas y exhibidas mediáticamente porque una interrumpió su embarazo y la otra la ayudó, según información de Cimacnoticias. El Código Penal prevé de tres a seis años de cárcel y se está enjuiciando a las mujeres por su derecho a decidir. Una de las mayores quejas es que se las mostró ante las cámaras, en violación a su derecho a la intimidad. Las activistas piden que se les quiten los cargos y se les pida disculpas públicamente. En el DF se legalizó el aborto, pero en el interior se endureció la persecución. Se reformaron dieciséis constituciones locales y ya fueron criminalizadas setecientas mujeres por abortar.
Un informe de supervisión interna de Naciones Unidas ratifica que es bastante común que los cascos azules, en Haití y Libia, extorsionen a las mujeres para que puedan conseguir comida a cambio de sexo, en una forma de violencia sexual. La investigación trascendió a los medios, según la agencia AP, y señala que se denunciaron cincuenta y un casos de abusos y explotación sexual en todas las misiones de Naciones Unidas. En Haití los cascos azules pagaron por sexo a 225 mujeres a las que tenían la misión de ayudar y estaban necesitadas de medicamentos y alimentos. En los chantajes sexuales, por parte de estas símil fuerzas de seguridad internacionales, los uniformados chantajean con sexo a cambio de computadoras, celulares, zapatos o dinero.
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