Tiraría a la hoguera la indiferencia y la apatía, porque creo que en gran medida las más hondas desdichas y las más gigantescas frustraciones que tenemos como sociedad provienen de ese mirar para otro lado, de ese modo de vivir descomprometido y alienado, que nos lleva a un individualismo egoísta, frío y despersonalizado. Y por ende triste, inmensamente triste.

Porque de seguir haciendo caso omiso, cual muerto vivo que deambula por las calles del centro, a la violencia en todos sus estadios evolutivos, desde sus más primitivas manifestaciones hasta las más desarrolladas y especuladas, a esa violencia que se respira, se ve, se siente y se padece en gran parte de nuestra sociedad, y principal y calamitosamente ensañada y dirigida hacia las mujeres y las niñas, de seguir haciéndonos los desentendidos y las desentendidas, el monstruo va a seguir avanzando, simplemente porque nadie lo detiene, simplemente porque elegimos ser indiferentes, porque elegimos la apatía.

* Dramaturga y directora de la obra Un día es un montón de cosas, que se presenta los domingos a las 20 en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, CABA).