CONSEJITOS DE MARU BON BON › HABLANDO CLARAMENTE,
LOS PARTICIPANTES SE ENTIENDEN.
Razones prácticas que ameritan la conversación antes de la acción
Puede Ud. pensar con justeza y sin
temor al error que las acciones que guía el instinto poco tienen que ver
con las palabras. No hay por qué negarlo y no es la ocasión de hacerlo,
aunque bien vale la salvedad que indica cuán importante es el consentimiento
mutuo y cuán valiosas son las palabras a la hora de nadar –o reptar–
tranquilo/a/s hacia el puerto de vuestros amores. ¿Cuántas veces
los silencios que parecían cómplices trocaron en estruendosas huidas?
¿cuántas más han naufragado bien intencionados barcos por
desechar un así, sí, así no? Que sea entonces en nombre del
placer bienhabido que vuestras lenguas se entrenen, amiguitas, amiguitos y amiguites
en la correcta modulación del entendimiento, siempre teniendo en cuenta
algunos/as consejillas/os:
1. Piense antes de hablar: Modérese, no quede
en evidencia antes de que la oportunidad se presente –y sabemos que fuera
de tiempo lo que fue fogoso trasmuta en ridículo–, retenga esas onomatopeyas
que pugnan por emerger, dómelas, domestíquelas, transforme el gruñido
en tarareo si necesita disimular y elija una de todas las barbaridades que acuden
a su mente. El atropello no es buen consejero.
2. Llame a las cosas por su nombre: Sabemos cuánta
confusión ha generado en la historia de la humanidad el intento por suplantar
el correcto nombre de las partes por números, animales u otros/as eufemismos/es.
Puede parecer difícil al principio, pero tiene sus ventajas. Además,
más de uno/a ha tenido que lamentar picotazos sólo por olvidar que
no a todos/as se les da la metáfora.
3. No piense todo lo que diga: No es necesario. No habrá
quien se anime a demandarlo por haber llevado sus palabras más lejos que
sus manos o aun que sus partes. ¿Desprecio? ¿pérdida de oportunidades?
Puede ser, todo tiene sus pros y contras y es derecho del ser humano/a avivar
el fuego aunque el combustible sea puro artificio.
4. No haga todo lo que piensa: Ni siquiera si es capaz
de enunciarlo previamente. Guarde algo para más adelante, reserve una cuota
de sorpresa, su cerebro puede ser una caja de sorpresas pero como toda caja tiene
su fondo. Y no querrá ud., amiga/o/e/s agotar sus posibilidades en un único
acto de verborragia.