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Señor, señora, amiguitos/tas de siempre y bienvenidas/os quienes están llegando; no puedo decir que lamento comunicarles que estos consejillos son para todos/as ustedes. No mire al costado, no se haga la/el osa/o, que de gente como Ud. que no le hace frente a la vida está tapizado el dark room de Bunker y por qué no, la esquina de Pueyrredón y Santa Fe. Las cosquillas de la primera vez no le hacen asco a una foja de intachables servicios donados a la causa de la heterosexualidad. Además, mis queridísimos/as, ¿a mentas de qué negarse si la vida es una sola y Ud. seguirá siendo Ud. más allá de sus actos? Eso sí, hay unas pocas precauciones que pueden hacerle la oportunidad más fácil.

1. No boquee: ¿Para qué darles pasto a las/os fieras/os? ¿Para qué sumar dudas cuando todo lo que quiere es sumar experiencia? Mantenga la boca cerrada hasta que los hechos le impongan otros avatares y ahórrese los pesares que traen las malas lenguas.

2. Elija con quien hablar: Sí, lo sé, hay momentos en que confesarse es necesario ¡pero no lo haga con su marido/esposa/concubino/a! Jamás entenderá la luz de sus amores que hay estrellas que fulguran para apagarse más tarde. ¡Cuélguese de la cola del cometa y que ella/él no se meta!

3. Haga la prueba antes de los 60: No es la idea discriminar a nuestros/as mayores. Pero es sabido que tanto esperar sólo depara amarguras y que probablemente al momento de tomar la decisión no tenga Ud. con quién llevarla a cabo. ¡Apúrese, el momento es ahora!

4. Una golondrina no hace verano: Y una revolcada no es más que una revolcada. ¿Hace falta entonces preguntarse ridículamente si Ud. es o no es cuando lo único importante es lo que hace o no hace en el momento en que lo hace o no lo hace? ¡Quite las etiquetas que en tiempos de inflación no duran siquiera una estación!