CONSEJITOS DE MARU BON BON
1. Siéntase orgullosa/o de lo que le ha sido otorgado: ¿Qué es eso de andar siempre quejándose de esta parte o de aquella otra? Sea sincero/a, ¿es usted capaz de reconocer a ojos cerrados si un cuerpo es así o asá? Y entonces, ¿por qué piensa que el resto del mundo está tan pendiente de la armonía de sus partes? ¿Acaso una nariz huele mejor porque sea respingada?
2. Busque un marco adecuado para sus gracias: Esas manitos inquietas, queridos y queridas, querides y queridis, son ideales para mi propuesta. Todo lo que puede verse bien, ¿se ve mejor si usted se encarga de resaltarlo con sus bellas manos? ¿O acaso las turgencias no son más turgentes cuando usted las sujeta como se debe? ¿Por qué cree que la adorable Coca se sostenía el busto con esa insistencia? Por no hablar de esos muchachos de camión que suelen ofrecer lo que tienen como si les estuviera sobrando algo en la bragueta.
3. La naturalidad es difícil, pero necesaria: Dígale no a esa cara de ac/triz/tor porno a punto de fingir lo que no le sucede. Dígale nunca más a esa lengua que no tiene razones para extenderse como si buscara su propia nariz y abandone de una buena vez ese gesto de estar masticando un caramelo media hora... ¡Sonría! ¡Sea sencillo/a/ez y entréguese, que los gestos premoldeados sólo hablan de cuerpos acartonados!
4. El orgullo por las
partes no reconoce partes: Parte varón, parte mujer, parte del Rosedal
y parte del Intesex, ¡todis tenemos algo que mostrar! Es más, todis
tenemos una parte en común que es igual de común a la hora de
disfrutarla. ¡Adelante, mi queridos/as, o mejor, atrás, mis adorables,
que todo está permitido en la granja de la alegría!
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