Cuántas tentaciones, amigos, amigas, amigochis! ¡Qué poblado está el jardín de las delicias, y el del fondo de mi casa, y hasta el que habita en los corazones ardientes de las y los y les amantes de buena voluntad! Y aun así, adorables bacantes de imaginaciones fervientes, hay quienes se sienten abandonados/as/es por la suerte, por la compañía, por el jolgorio y por todos/as y todis aquell/a/o/s que sabemos divertirnos y en ese trance olvidamos mirar en derredor. ¡Ah! pero no vayan a creer que fuera del alcance de la mirada(el mirado) todo se marchita, de ninguna manera, que la gente sola hace maravillas tales que después se olvida de que existe alguien más que sus dos manitas/os.

1.¡Dígale adiós a la timidez!: ¿Y qué mejor para descubrir las múltiples posibilidades del goce carnal que desafiar al/la muñeco/a que todos los días viste cual si fuera Ud.? ¡Quítese esa máscara impertérrita! ¡Póngase el lápiz de labios donde más le guste! Olvídese del rollo que se le forma cuando se tiende sobre su costado, ¡nadie más que Ud. es testigo/a de su atrevimiento, abra las piernas aunque tiemblen! ¡Haga esa pose erótica que tanto envidia al stripper ese que una vez vio bailando en una disco! Sea por fin, y aunque no lo vea nadie, esa persona que siempre soñó ser. Después, quién sabe, a lo mejor no tiene por qué volver a calzarse el traje/vestido de muñeco/a.

2. ¡Basta de fingir!: ¿Y para qué lo va a hacer si no tiene que conformar a persona alguna? ¡Ahórrese ya mismo el esfuerzo de simular que lo hace bien cuando en realidad a Ud. le pasan menos cosas que a una tortuga en invierno! No hay apuro, amiguitas –sobre todo– y amiguetes, pueden Uds. tomarse el tiempo necesario, e incluso dejar el final para otra oportunidad ¡nadie le va a pedir que se apure porque ya no puede más! Pare, arranque, cómase un sanguchito, en fin, goce a su aire que es el único que tiene.

3. ¡Ud es lo/la único/a importante!: Y claro ¡si no hay nadie más en millas a la redonda que pueda pedirle cosa alguna! Que más despacio, que más lento, que más a la derecha, que con los dientes no, ¡todo eso pasó al olvido! Por fin estará en el centro de la escena, por fin su goce y sólo su goce es lo único que verdaderamente importa. Por fin podrá dejar el dedito donde a Ud. le gusta y no dónde le pidan que lo ponga. ¡Aproveche!

4. ¡Con voluntad todo se transforma!: ¿Qué? ¿Es la primera vez que mira con ganas el cabezal de su lecho? ¿Acaso el cepillo para la espalda se le insinúa? ¿Cree haber descubierto algo en la sandía calada? ¡Pues sí, adorables, sí, sí, sí, las cosas son más de lo que parecen, todo depende del cristal con que se mire! Chúpese esa mandarina como corresponde, y si no ¡chúpese el dedo, el desodorante roll on o el tubo de la aspiradora! Y vea cómo el jardín de las tentaciones comienza a habitar su hogar... y si la suerte le toca, hasta es posible que un/a vecino/a mirona/o caiga en su patio/terraza/balcón y termine así la transformación comenzada con los objetos.