CONSEJITOS DE MARU BON BON
Ay, las vacaciones, queridísimo/ma/s, qué difícil que se hace volver y qué fácil que es irse. Cómo será amiguete/ta/s que todavía no recuerdo qué hacía aquí antes de tomarlas y aun cuando me encuentre tan a gusto entre vuestras adorables manitas/tos debo confesar que el Caribe me sentaba mejor y no quiero decirles sobre qué sitios me he sentado porque esa parte ya corresponde a mi intimidad más íntima, que compartiré no antes de que se haya retirado de esas partes. Amigue/te/to/ta/s, lo que sucede es serio y no quisiera que seáis vosotras/tros las víctimas de mi desliz inspiracional, por eso es que hoy vuelvo a intentarlo, una y otra vez, una y otra vez, como decía un querido amigo, mientras insistía, una y otra vez, una y otra vez. Muy bien, vayamos al punto que en el punto/a hay quien encuentra gozo siempre que el otro/ra sepa dónde apunta. Entonces bien, miremos los pequeños detalles, las filigranas y hasta los pelillos de la nariz, es ahí donde está la diferencia porque si es por lo demás, todis tenemos más o menos lo mismo, a excepción del tamaño; y eso ya sabemos, es lo que menos importa.
1. Sobre lo que prometen las uñas cortas: Qué bonito detalle, las uñas cortas y bien cuidadas, amiguete/ta/s no se dejen engañar por las esculpidas, las afiladas, las manicuradas ¡cuidado! Ese es el momento en que sus partes quedarán en riesgo de incursiones dolorosas, pedidos de disculpas que distraen y hasta daños irreversibles que pueden confundirse con hemorranas. Sólo quien sabe manipular recorta lo que sobra para no dañar y promete indagaciones largas allí donde todis y todis las deseamos ¡adentro!
2. Sobre el bonito gesto de llevarse la mano a la cara un instante después: He aquí a quien sabe gozar de la vida, que no teme a lo que queda del día (o de la noche), he aquí a un/a sibarita que después de actuar sabe recordar y con el recuerdo encuentra estímulos para que la rueda siga. ¡desconfíe del desodorante! ¡huya de los perfumes! La naturaleza es sabia, amigochis/chis, y ha puesto señales para que podamos llegar a donde debemos y en los momentos que queremos. ¡entréguese ya a quien cumpla con tan bonito cumplido y que las manos se las laven lo/la/s que aún no han comenzado!
3. Sobre lo que oculta el pelo en el pecho: Cuidado, pelo en pecho es sinónimo de pelo en todos lados, y aun cuando esto puede ser una señal que para alguno/nas promete, lo que seguro promete son atragantamientos de larga data, búsquedas infames en el esquivo territorio de la lengua, balbuceos asegurados en mitad de los hechos y restos de lo que había en el pecho y en el resto de las partes en los lugares menos pensados. Poco aptos para quienes andan de trampa, mejor busque lampiño/ñas, aunque no depilados, que ésos después pinchan.
4.. Sobre lo que engaña la mano larga: Cuánto mito, adorables amigue/te/ta/s de las cosas buenas, cuánto nos han engañado enseñándonos a mirar partes sin valor agregado ¿para qué una mano grande? ¿para hacernos sentir pequeña/ños? ¿para que ciego/ga/s nos volquemos a la búsqueda de algún correlato en otro sitio? Pues no, eso es puro cuento. Manos grandes, en todo caso, si lo que buscais es atención dedicada en diversos abismos y al mismo tiempo, si no, mis amores, dejaos guiar por lo que cuenta, que no está precisamente en ese tamaño.
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