Viernes, 19 de octubre de 2007 | Hoy
INUTILíSIMO
Aunque a todas las mujeres de hogar nos guste decorar hasta el último rincón haciendo gala de originalidad y habilidad manual, rara vez se nos ocurre que, aparte de tantas otras posibilidades de arreglo y transformación que ofrece nuestra casa, las puertas también pueden llevar nuestro sello personal y, más aun, transformar el aspecto de un ambiente tanto como podría hacerlo un juego de muebles. Una vez más, la Enciclopedia de Manualidades Artesana (Cuántica Editora SA, en los años ’70), a través del fascículo Nº 25 nos ilumina el camino: “Basta, a veces, con un atinado toque de color sobre una puerta común para que un hall de entrada o una antecámara adquieran nueva personalidad. También se puede recurrir a los buenos servicios de telas de tapicería, papeles plastificados y empapelados adhesivos”. Esta es justamente la propuesta del día: una puerta común, lisa, sin detalles que la personalicen, “luciendo con orgullo el resultado del tratamiento decorativo a base de los revestimientos indicados”.
Comencemos, pues, siguiendo las instrucciones de Artesana: “Dibuje los paneles a gusto, bien repartidos, sobre la puerta. Trace los rectángulos con escuadra. Mida el perímetro de cada uno de ellos y calcule la cantidad de varillas de madera que necesitará para los recuadros y que encontrará en aserraderos o tornerías”. Las varillas deben ser cortadas para formar los rectángulos con mucha exactitud, controlando con la escuadra, pegando con cola los ángulos de 45 grados. Sobre los rectángulos dibujados aplique con pegamento indicado la tela o papel que eligió, también prolijamente cortados. Deje secar.
Entretanto tome las varillas ya listas, líjelas y píntelas a tono con la puerta, déjelas secar y clávelas formando un marco sobre la tela o papel, tarea que hay que realizar con gran cuidado y con clavitos sin cabeza que deben penetrar totalmente sin dañar la madera pintada. De todos modos, al final, con un pincelito de filetes deberá retocar la pintura de los clavos para que el trabajo quede perfecto. Y el gran cambio que usted ni soñaba saltará a la vista, como por arte de magia. Para que el efecto sea aun mayor, Artesana sugiere forrar un felpudo con la misma tela empleada para la decoración de la puerta, un detalle realmente inesperado y muy chic que bien podría combinarse con funditas al tono para la tapa del wc, y por qué no del bidet.
Algunas sugerencias de esta Enciclopedia: si la puerta necesita pintura, aplíquela antes de la tela o papel; no pinte las varillas después de colocadas, sólo retóquelas. Y desde luego, no hace falta decir que “los papeles o telas deben armonizar sus diseños con el tipo de puerta mobiliario”. A ver si nos entendemos en este punto fundamental para lograr una decoración impecablemente elegante: “Sobre una puerta de estilo no se deben aplicar motivos geométricos o futuristas, hay que elegir dibujos adecuados”. Por otra parte, si el diseño de la puerta lo permite, se pueden añadir adornos en los ángulos o cortes, simulando molduras, que se consiguen en buenas carpinterías y que, si el estilo lo autoriza, se pueden pintar de color contrastante o dorar. Pero en este caso ya estaríamos hablando de un lujo asiático.
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