1
A. Si les pidiesen separadamente a su marido y a usted un juicio sobre amigos comunes,
¿cree que en líneas generales las opiniones coincidirían?
B. O por el contrario, ¿reflejarían marcadamente una gran diversidad de puntos de vista?

2
A. Cuando su marido está de pésimo humor por motivos que tienen que ver con su trabajo, ¿sabe usted cómo calmarlo?
B. ¿O piensa que los cónyuges deben dejar fuera del hogar ese tipo de problemas y le tiene poca consideración?

3
A. Antes de casarse, él salía todos los domingos con sus amigos a jugar a las cartas o a pescar. ¿Ha sido capaz de convencerlo para que le dedique las tres cuartas partes del tiempo libre a usted y a sus hijos?
B.¿O ha permitido, probablemente de mala gana, que él continuara con
sus salidas dominicales?

4
A. Su marido siente una gran antipatía por una de sus amigas, razón por la cual usted decide apartarse de ella. ¿Lo hace de buen grado?
B. ¿O se opone, sosteniendo que se trata de una prepotencia típicamente masculina?

5
A. Su marido esperaba un ascenso que no se ha producido, ¿considera usted útil analizar junto con él la causa de este fracaso?
B.¿O encuentra innecesario mencionar el tema por temor de que él se sienta inferiorizado ante sus ojos?

Seguramente, ya lo adivinó en el curso de las preguntas: la respuestas A reflejan una actitud generosa y tolerante, una capacidad de comprensión y de colaboración que asegura el éxito permanente de su unión. En cambio, las respuestas B demuestran una mentalidad más egoísta y cerrada, de poca franqueza, que barre los problemas debajo de la alfombra. Pero no desespere si éste es su caso: aún está a tiempo de corregir su conducta y disfrutar de una armonía plena en pareja.