DICCIONARIO
Debate: controversia. Contienda, lucha, combate.
Para que suceda, se supone que debe haber –al menos– dos posiciones más o menos divergentes y capaces de confrontarse en condiciones de relativa igualdad. (Porque es difícil, claro, que una postura/opinión/idea única debata consigo misma, se corrija a sí misma y vuelva a hacer como que se pelea con su propio parecer. Y si no es difícil por lo menos es poco serio.) De debate, por ejemplo, podría llegar a ser calificado lo que sucedió en Uruguay gracias al proyecto de ley reproductiva que preveía la despenalización del aborto (ver p. 5): diferentes sectores oficiales y no tanto, ONGs y ciudadanas/os no necesariamente asociadas/os a un colectivo, planteando en una arena pública sus posturas, influyendo y dejándose influir. Pronunciando, al menos, la palabra “aborto” sin necesidad de acompañarla con una disculpa que mitigara gestos de horror ante lo innombrable. Un debate franco al respecto, por supuesto, es lo que viene faltando en estas tierras, pero afortunadamente hay gente que está intentando subsanarlo: desde el 26 de marzo, todos los viernes a las 18 se está realizando en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires una ronda de debates (organizada por las comisiones de Derechos Humanos y de Defensa del Consumidor) sobre el aborto en Argentina. Habrá que asistir.