Un bastidor con forma de zapatilla All Stars ofició de invitación a un cocktail celebrado en el túnel negro impreso con esas zapatillas originales de 1910 y popularizadas por Claes Oldenburg en su escultura WhiteGym Shoe, y también por Mick Jagger, quien en su boda con Bianca las combinó con traje, un recurso habitual entre los rockers de la nueva escuela. Ese punto de encuentro hizo de antesala a una instalación de casa de videogames con formato lounge en el reciente ciclo arteBa, donde la firma también exhibió cortos de animación con temática “la zapatilla” en contextos urbanos de todo el mundo. Allí se anunció el certamen local, con premios de entre 10.000 y 2500 pesos (cierra en noviembre, las bases pueden encontrarse en www.con versegallery.com.ar).

Unos días más tarde, en un salón rústico de Palermo, Puma lanzó una de sus alianzas más recientes, con una firma de ropa masculina –Bolivia– que hace cierto marketing de lo latinoamericano. La puesta en escena hizo un culto de las manufacturas y lo fabril: las atractivas fotografías a tamaño real tomadas entre los operarios de la planta de La Rioja, dispuestas en las paredes, tuvieron su correlato en pequeñas torres con posters de las cajas desarmadas, o unas niñas patinadoras flirteando con galanes de colegio secundario vestidos con buzos Puma que lucen caseros. Los invitados podían llevarse a modo de souvenir el registro fotográfico de Nico Goldberg. Entre tanto hand made y cocktail de empanadas y vino, dos pantallas planas exhibían atractivas escenas del making, el momento en que telas con flores Liberty en tonos rosa y verde fulgurante dejaban de ser retazos para convertirse en zapatillas de estirpe.

Otros ejemplos de rescates de zapatillas clásicas locales lo representa el local Topper de la calle Gurruchaga, donde –con un interiorismo acorde con la elegancia austera de esas zapatillas creadas por Alpargatas en 1975– el primer icon store de la firma ofrece también indumentaria con influencias deportivas, y presenta cada dos meses nuevos modelos desarrollados en colaboración con diseñadores de autor.

Algo parecido pasa con las Flecha, excelsa creación de los años ‘70 del dúo de estilistas integrado por Angel Héctor Martins y Enrico Giannini. Hace dos temporadas tuvo una atractiva edición con estampas de cuentos infantiles en sepia ideada por Nadine Zlotogora, y ahora fue relanzada por una firma –Kosiuko–, cuya ideología de diseño dista de la elegancia implícita en esa zapatilla y del viejo slogan “Va en tu mismo sentido”.

Una opción colorida son las Gola, zapatillas inglesas y chic con local exclusivo en Palermo en un viejo stud que también fue taller del escultor Juan Calcarami. La puesta simula una zapatillería añeja, y entre los modelos más descollantes cautivan las Candy, con lunares de colores que recuerdan confites.