MONDO FISHON
› Por Victoria Lescano
Para su homenaje en vida en el escenario del Senado de la Nación, Sandro recurrió al apartado más clásico de su guardarropa (un austero traje negro) y, días más tarde, en su cumpleaños ya en chaqueta deportiva de polar atajó piezas de lingerie y encaje en tonos rojo que sus fans sacaron de los arcones, mientras a modo de estandarte flameaban fotos del músico en camisas con jabot y pantalones ceñidos a lo Elvis que resumen su iconografía...
En un zapping simultáneo, durante la última semana el canal Volver proyectó un desfile de superlooks de Sandro: ya con pantalones Oxford amarillos o turquesas y las camisas de seda negra de rigor con varios botones desabrochados, cinturón colosal y vasos de whisky en mano. Una de ellas, el clásico Operación rosa rosa, tiene un homenaje y parodia a la vez sobre el mundo del elegante sport. La ficha técnica indica que fue filmada en 1974 y que el músico participó del guión. La trama propone
una pandilla de científicos mafiosos que desarrollaban virus letales desde una fábrica de mocasines llamada casa André.
En el libro Sandro el ídolo (ed. Planeta), el experto Darío Suárez documenta con rigor casi científico la relación del músico con la vestimenta: “En 1970 para tocar en Canal 9, usó botas negras de media caña, pantalones y polera de estilo beatnik y chaqueta de terciopelo rojo. En 1972, para actuar en Sábados Circulares, se hizo un saco blanco de seda natural, pantalón de alpaca negra con galones a los costados”. Afirma también que su primer grabación fue un jingle para una tienda de Valentín Alsina, llamada Sedería Bruno, un dato nada insignificante en el perfil de un hombre que pasó de usar camperas cosidas por su madre a tener un sastre particular llamado Juan Carlos Rodríguez.
Pero antes de personificar al crooner fue precursor del estilo rocker y el cuero negro vía Sandro y Los de Fuego. Como precisó ante los periodistas Gustavo Alvarez Núñez y Federico Novick, en una entrevista publicada en Inrockuptibles (y fechada en 2004): “Me vestía todo de cuero, faltaba la manija y parecía un portafolio. Los de Fuego salían vestidos de colorado, se tiraban por el piso, a los gritos. Solíamos romper una guitarra por show antes de que The Who existiera”.
Y sobre el paso de la cazadora de cuero al tuxedo de su madurez, argumentó: “Se dio con naturalidad, empecé a ponerme el smoking como antes lo había hecho con la campera de cuero. No es que me aburguesé: era la ropa para cantante melódico, era mucho más creíble. En aquella época se cuidaba mucho la imagen”.
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