Vie 10.11.2006
las12

LA VENTA EN LOS OJOS › LA VENTA EN LOS OJOS

Sex bag

› Por Luciana Peker

Bajamos dos mil pesos para que subas a quien vos quieras, dice, ofrece, con intento de gracia, supuesta gracia, la publicidad del Zafira GL que cuesta la ganga de $60.690, incluidos los dos mil pesitos menos de la promo. Aprovecha el mes de noviembre para comprar tu Chevrolet Zafira GL con una bonificación de $2000, informa la publicidad que abre los clasificados de Clarín del lunes 6 de noviembre. Allí donde se venden casas, autos y, también, personas que buscan y ofrecen cuerpos y trabajos, donde se ofrece vida que no encontró otra vida, se ofrece sexo que no es placer sino mercado, explotación, pero no libre, libre elección. Allí, el auto 0km, la mole de ruedas plateada guiña sobre el jueguito de un vuelto para llenar el asiento del acompañante. ¿Para que le va a servir a un cliente que ya tiene $60.690 pesos para gastarse en un auto una rebajita de 2 mil? Para subir a quien vos quieras, guiña la publicidad que, con intención de gracia –más que fallida– ronda en el lugar común (y prejuicioso) de que el tamaño del auto habla del tamaño del hombre y que el resplandor de un platinado sacado de fábrica encandila cualquier mirada femenina.

La publicidad es prejuiciosa con las mujeres –que elegimos hombres por las ruedas para transportarnos–, con los hombres –que si no tienen camioneta no pueden seducir a la mujer que desean– y con las mujeres que –más allá del debate sobre prostitución que tendría que ocupar más letras de diarios que las que ocupan las publicidades de autos– desnudan en el rubro 59 la vulnerabilidad femenina de la que no se habla, casi nunca, en política, sociedad o economía y negocios.

Bajamos dos mil pesos para que subas a quien vos quieras, dice Chevrolet Zafira que después, abajo, chiquito continúa: La forma más divertida de moverte en familia. Porque el auto –autazo– da para todo, para que suba todo, se haga todo y entre todo. La publicidad también. Da para todo.

Pero no debería dar. Si la publicidad tiene un sentido de ética, además del de venta, claramente, no podría jugar con el auto subibaja, en el que si ellos bajan el precio, esa plata puede hacerle subir al cliente su chance de comprar. Acompañantes. Mujeres por dos luquitas.

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