–¿Cris?, ¿te desperté?
–Son las ocho de la noche, nena.
–Tenés razón, disculpame, me acabo de levantar y perdí la noción del tiempo.
–¿De la siesta?
–¿Estás loca? Me acosté a la una de la tarde. No sabés, estuvo buenísimo, conocí un bombón de 22 con un tatuaje en el hombro que te daban ganas de morderlo.
–Supongo que no pudiste contenerte.
–Y, vos sabés, por cuatro días locos... lo malo es que tuve que compartirlo, ya sabés como soy de generosa.
–Me imagino, ¿y a quién le tocó el brazo derecho?
–Cuando te cuente te morís, tirá un nombre.
–...
–Está bien, te lo digo, con Pepe.
–¿Pepe? ¿Estuvo con vos? Si les tiene fobia a las chicas.
–Vos porque sos muy esquemática, hay que abrirse a nuevas experiencias.
–...
–Me moría por contarte. Resulta que hicimos un asado, a la noche, y como a las cinco de la mañana se nos ocurrió salir. Y bueno, caímos en un tugurio tan lleno de travestis que me echaban del baño.
–Lo único que te falta, una travesti.
–Nada que ver nena, eso es historia vieja, hace como un año que no me entrevero con una. Pero viste cómo es, donde hay travas hay gente de mentalidad abierta.
–...
–Cómo será que hasta Fernando se enamoró de una, él que es más ortodoxo que Chiche Duhalde.
–¿Lo llevaste a Fer?
–Y sí, tiene inquietudes, y yo siempre lista para mostrar nuevos caminos. Estuvo a punto de venirse con nosotros, arrugó en el último minuto. Lo malo fue Natalia con su escenita de celos turcos.
–Pero si hace como dos años que no estás con Nati.
–¿Y qué tiene que ver? Sabés cómo es ella, siempre dispuesta a ofrecer una mano amiga.
–Y vos siempre dispuesta a tomarla.
–Y sí, como están las cosas, hay que usar todos los recursos que tenés en casa. Ya no se puede ir ni a los boliches swingers, la entrada más barata sale 35 pesos. Claro que ahí tenés fiesta asegurada, la última vez que fui éramos como 15 en un reservado.
–Me impresionás, ¿no te cansás nunca?
–Cansarme, lo que se dice cansarme, no. Sí es verdad que cada vez es más difícil encontrar nuevas sensaciones.
–¿Qué tal enamorarte?
–Retroceder nunca, rendirse jamás.
–¿Me vas a decir que no te gustaría que te hagan unos mimos un domingo al mediodía?
–Sí, claro. Y después pasarte la vida pensando dónde está, si te quiere mucho, porquito o nada.
--Eso te pasa a vos porque no te podés relajar nunca.
--Bueno, Cris, te llamo para contarte una aventura y me querés analizar. No sabés cómo estoy, me duele todo el cuerpo, di más vueltas que una acróbata rusa.
--Y no sabés cómo vas a estar si seguís en esa vaina, un día de estos te vas a llevar a tu casa a un serial killer.
--¿Te imaginás? Yo escapando desnuda del loco de la sierra eléctrica.
--Cortala, Matilde.
--Sí, cortemos mejor, se me hace tarde para ir a ver a Chabán a Cemento ¡Y justo hoy es la función nudista!