ARQUETIPAS
La negadora
› Por Sandra Russo
–Me dejó.
–Cómo que te dejó.
–Sí, se fue.
–A dónde se fue.
–Qué sé yo. Se llevó todo.
–¿Se llevó su ropa, sus libros, todo?
–Todo no. Se llevó un poco de ropa.
–Ah, bueno, entonces es una crisis, no es una separación.
–No, dijo que se iba.
–Pero por ahí mañana vuelve.
–No, no vuelve, dijo que no vuelve.
–¿Pero por qué? ¿Estaban tan mal?
–No, estábamos bien.
–¿Y entonces qué bicho le picó?
–No sé. Agarró su ropa y se fue.
–¿Pero no te dijo por qué? ¿No se pelearon?
–No, no, te juro, no nos peleamos ni nada.
–Yo no puedo creer que no te haya dicho nada.
–Nada, nada, ni una palabra.
–¿Pero no decís que dijo que se iba?
–Sí, bueno, dijo “chau, me voy”.
–No entiendo. ¿Vos estás segura de que
no pasó nada?
–¡Segurísima! ¡Entre nosotros no pasa nada, nunca pasa nada de nada!
–¿Y no dijo a dónde se iba?
–No, ¿no te digo? Dijo solamente
“chau, me voy”.
–No sé qué decirte, estoy desconcertada.
–¡Yo también! ¿Cómo me va a dejar así?
–Pero todavía no sabés si te dejó, Laura...
–¿No te digo que me dijo “chau, me voy”?
¿Sos sorda?
–¿Pero no habrá ido a... qué sé yo,
a jugar al fútbol?
–No, se llevó pantalones y camisas.
–¿Y cómo no le preguntaste a dónde iba?
–Me quedé muda.
–¿Lo viste salir y no le dijiste ni una palabra?
–Ajá.
–Laura, ¿vos estás completamente segura de que entre ustedes no hay problemas? A veces una prefiere negar la realidad.
–Te digo que Claudio y yo no tenemos ni problemas ni nada. No nos peleamos, no nos celamos, no nos molestamos, no nos contamos nada, casi ni nos hablamos...
–Laura, ésos son problemas de pareja.
–Yo te llamé para que me compadezcas, no para que me critiques.