TALK SHOW
Las chicas del Tony
› Por Moira Soto
Las Guerrilla Girls on Tour –desprendidas de las originales G.G.– son la mar de feministas y su lucha es vital y es mucha, pero a veces estas enmascaradas (que fueron tapa de este suple hace quince días), con tal de no rendirse, se les va un poquito la garra, y se victimizan más de la cuenta. O, más bien, victimizan a las mujeres del teatro, las cuales, según declararon a Las/12, estarían en un “estado catastrófico: no hay directoras ni dramaturgas en Broadway ni en los grandes teatros de los Estados Unidos, y me atrevo a decir que lo mismo sucede en el resto del mundo. Las mujeres no consiguen productores para sus piezas” (sentenció Fanny Brice). “No hay mujeres productoras. No tienen poder. Es muy similar al mundo del cine” (redondeó Alphra Benn). Bueno, bueno, se puede comprender que para agitar hay que exagerar, pero partiendo de una base verdadera y conociendo un poquito el tema del que se habla...
Justamente, el año pasado hubo en Norteamérica tal cantidad de dramaturgas –para no nombrar a las cada vez más numerosas productoras, en teatro y sobre todo cine– que el New York Times publicó hacia fines dediciembre una nota a todo lo ancho titulada “The Season of the Female Playwright” (“La temporada de las dramaturgas”), con comentarios y reportajes que incluían –entre otras– a Tristine Skyler (Moonlight Room), Julia Jordan (Tatjana in Color), Tracey Scott Wilson (The Story), Amy Freed (The Beard of Avon), Theresa Rebeck y Alexadra Gestern-Vassilaros (ambas escribieron Omniun), y por Paula Vogel, cuya pieza The Long Christmas Ride Home, estrenada en el prestigioso Vineyard Theater del East Village, obtuvo críticas sumamente elogiosas. Por otra parte, si estas simpáticas petardistas creen que no hay directoras ni dramaturgas en el resto del mundo, habría que decirles –ya que visitaron Buenos Aires– que hay unas cuantas, empezando por la genial y prolífica Griselda Gambaro, que acaba de estrenar dos nuevas piezas –amén de varias reposiciones–, La señora Macbeth y Pedir demasiado (esta última dirigida por Alicia Zanca, puestista que tiene otras dos obras en cartel tan diversas como un Shakespeare y un musical de gran presupuesto).
El domingo pasado, por otra parte, se entregaron en el Radio City de Nueva York los premios Tony a la producción teatral en Broadway y grato es señalar que Kathleen Marshall fue candidata por la dirección de un musical (Wonderful Town); Winnie Holzman, por libreto de musical (Wicked); y Jeanine Tesori por música y canciones originales (Caroline, or Change), rubros en los que no solían figurar mujeres. Más grato aún es celebrar que Kathleen Marshall sí se ganó el Tony por coreografía, que Peggy Eisenhower fue considerada la mejor iluminadora por Assassins, y que –un rubro más tradicionalmente femenino– Susan Hilferty recibió el premio por el vestuario de Wicked. Para completar el avance de las minorías, las estupendas actrices negras –afroamericanas, si prefieren– Anika Noni Rose (Caroline, sobre una mujer negra que trabaja para patrones judíos en los ‘60 en Florida), Audra McDaonald (A Raisin in the Sun) y Phylicia Rashad (A Raisin) se llevaron sendos Tony a casa. Pero eso no es todo, amigas, el galardón a la mejor actriz de musical se lo llevó una bruja de alcurnia –blanca maquillada de verde–: Idina Menzel, coprotagonista de Wicked, el musical inspirado en El mago de Oz, con dos mujeres que viajan a conocer al maravilloso mago antes que Dorothy, descubren una verdad terrible respecto de ese sujeto y deben elegir el camino a seguir. Nuestra ganadora opta por seguir siendo bruja de traje y bonete negros, escoba en ristre y entonando “ningún mago va a vencerme jamás”. Aunque no se trata de una chica, ni lo quiere ser, digamos que el presentador de la ceremonia fue el completamente encantador Hugh Jackman (foto, como nuestro lobito favorito en X Men 2), que se llevó el Tony por su labor en The Boy from Oz, obra de la que hizo un numerito zarandeando la pelvis embutido en un pantalón dorado, y sacó a bailar a una timorata Sarah Jessica Parker, mientras su mujer (la de él) sonreía indulgente desde la platea.
La entrega de los Tony se emite subtitulada hoy a las 22, por Film & Arts.