El lado oscuro
Así como el misoprostol pareciera ser una solución para acabar con los riesgos de los abortos quirúrgicos, el remedio puede transformarse en enfermedad si no se cuenta con la información adecuada. El riesgo más grave es que si el embarazo continúa, el embrión puede desarrollarse con malformaciones, la más grave de ellas el Síndrome de Moebius, que puede terminar en la muerte del recién nacido. “En lo que va del año se detectaron cuatro casos de este síndrome en el hospital (compatible con la exposición materna a misoprostol), cuyas madres manifestaron haber tomado la droga –señalan los neonatólogos Alejandro Dinerstein, Claudio Solana y Miguel Larguia, y la genetista Mónica Rittler, de la Maternidad Sardá–. Y en los últimos diez años se diagnosticaron 14 casos, once de los cuales estaban asociados al uso de misoprostol. No hay datos fidedignos sobre la extensión del uso de la droga, pero la información que nos dan en la guardia obstétrica es que observan un aumento de casos de mujeres con abortos incompletos con restos de esta medicación en la vagina. En cuanto al riesgo del uso de la misma, sabemos que otras malformaciones probablemente asociadas son defectos de la pared abdominal, hidrocefalia, otros defectos neurológicos y deformaciones de los miembros. Aunque la mujer controle el embarazo, después de haberse enterado que el misoprostol no dio resultado, sólo en algunos casos será posible el diagnóstico prenatal y eso siempre y cuando le informe al médico de la ingesta de la droga. Frente a esta situación, nuestra opinión es que debiera realizarse una campaña de divulgación masiva para informar a la población de las complicaciones posibles que acarrea el uso de esta droga.”
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