Aunque no parece aportar nociones nuevas sobre la situación de la mujer en la Justicia, la investigación desmenuza los mecanismos sutiles (y no tanto) que terminan por conformar una Justicia con pocas mujeres con poder. Otro de los hallazgos es que las mujeres permanecen comparativamente sub-representadas en la composición del Consejo de la Magistratura, la CSM, los jurados de concursos ad-hoc, el Ministerio de Justicia, y la comisión del Senado a cargo de prestar el acuerdo. “Las mujeres están también sub-representadas en las etapas políticas responsables del nombramiento y del procedimiento de confirmación. Ninguna mujer ha encabezado jamás el Ministerio de Justicia y en diciembre del 2003 no había ninguna mujer a cargo de las secretarías y subsecretarías del ministerio. La situación en la comisión del Senado a cargo del procedimiento de confirmación es sólo ligeramente mejor, sólo 2 de los 18 miembros de tal crucial comisión son mujeres, a pesar de que las senadoras representan un 35 por ciento del cuerpo.” Por eso, Bergallo plantea que “el cambio por un procedimiento de selección mixto, meritocrático y político, sin ninguna consideración particular sobre la necesidad de promover la igualdad de género en la magistratura, puede haber contribuido a desacelerar el proceso de desegregación por sexo del Poder Judicial iniciado en los últimos años”.