En el cuerpo adolescente se reúnen yuxtaponiéndose, a veces sin contradicciones, los propios cambios de la pubertad, que tienden a adelantarse, y las marcas de cierto modo de rebeldía que hoy pasa por exponer y hasta esculpir los cuerpos.

Uno de los temas claves es que hoy muchos son sutil nicho de mercado bajo el aspecto de la informalidad y la cosa loca. Como si hubiera una dialéctica permanente, rápida y voraz entre el joven que elige la moda trendy, que mezcla estilos, que usa retro y es su modo de hacer memoria y que entiende la libertad de esa manera y está bien, y los mercados que tienen especial sensibilidad para vender hasta lo adecuado a la rebeldía.

Walter Benjamin decía que la capacidad anticipatoria había pasado del arte a la moda, más plebeya, menos museística. Si miramos la moda juvenil hoy globalizada y con mezcla de estilos, si miramos algunas intervenciones juveniles callejeras, todo ese conjunto parece ser eco estético de que no hay un solo parámetro para entender la complejidad de lo real.

En materia de ideales juveniles estamos en una suerte de neorromanticismo, diferente del de otros tiempos. Pero que conjuga mezclas, emociones y muchas ganas de cambiar lo que hay, aunque no se esté totalmente convencido de cómo ni cuándo. Hay un rebrote de ideales que supera el pasatismo o el escepticismo. l

*Directora de proyectos de Fundación W. Benjamin, autora de Belleza Gótica y otros estudios visuales.