Lun 10.10.2016
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FúTBOL › ESTUDIANTES DE SAN LUIS PASó DE MANOS PRIVADAS A SER INTERVENIDO POR LA PROVINCIA

Las cuentas impagas del señor Ahumada

El empresario argentino-mexicano sumó un nuevo fracaso a su escudería de clubes arruinados. Los casos de Talleres de Córdoba y Juventud Unida puntana. Un punto para estudiar en el debate por las sociedades anónimas.

› Por Gustavo Veiga

El fútbol de San Luis tropezó dos veces con la misma piedra: Carlos Ahumada Kurtz. La historia turbia del empresario argentino-mexicano suma abandonos y cuentas impagas. Desde su regreso al país el 8 de julio de 2007, controló tres clubes y a todos los dejó igual: endeudados y a la deriva. Jugó con Talleres de Córdoba y los puntanos Juventud Unida Universitario y Estudiantes, como si fuera un apostador de casinos. En el último caso provocó que el gobernador Alberto Rodríguez Saá interviniera a la institución, y nombrara a la diputada nacional Ivana Bianchi para conducirla. Los políticos y dirigentes del fútbol a los que sabe adular, siempre lo recibieron como un inversor y lo despidieron como a un malhechor. La novela de su tercer fracaso -más comercial que deportivo- debería servir de ejemplo para los pregoneros de las sociedades anónimas que aspiran a quedarse con el patrimonio de entidades centenarias. Estudiantes cumplió su 96° aniversario el 20 de junio. Pero en casi cinco años -había asumido en noviembre de 2011- el ahora ex presidente lo dejó en la lona.

La última aventura de Ahumada Kurtz tuvo ribetes delirantes. A un club de San Luis que no podía sostener pretendía hacerlo jugar a 791 kilómetros de su sede. Primero en la cancha de Sportivo Italiano, en el Gran Buenos Aires y después en la de Deportivo Coreano, en Lobos. Adujo que abarataría costos de traslados, que además ya no contaba con el aporte económico de la gobernación puntana, en suma, excusas parecidas a las que esgrimió en sus dos experiencias anteriores.

El hombre que vivió 32 de sus 52 años en México renunció el miércoles pasado a la presidencia del club. En una carta dirigida a la directora de Personas Jurídicas y Cooperativas de San Luis, expuso que lo hacía por cuatro motivos: una campaña de hostigamiento de Rodríguez Saá, el desapoderamiento del predio La Amalia donde se entrenaban las divisiones inferiores, la utilización de la barra brava para amedrentar a la comisión directiva y un presunto pedido del gobernador para que abandonara Estudiantes.

El más verosímil de sus argumentos -de los restantes no aportó ni una prueba- contiene también un antecedente controvertido. Las 15 hectáreas de La Amalia que le había cedido la Municipalidad puntana para que tuviera canchas de entrenamiento y un futuro estadio para 10 mil personas, pertenecen a un predio más amplio donde funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura cívico-militar.

Estudiantes iba a convivir ahí con el Centro de la Memoria y un proyecto de desarrollo urbano para 409 viviendas, que completarían la escenografía de 40 hectáreas en total. Desde la APDH de San Luis, su presidenta Lilian Videla cuestionó aquel destino que se le daría al lugar. A su vez, el intendente del Frente para la Victoria, Enrique Ponce, primero había decidido desalojar al club de La Amalia y en febrero de este año cambió de opinión. Una marcha hacia el Municipio de los pibes que juegan en las divisiones inferiores lo persuadió de devolverle el terreno a la institución cuando todavía era controlada por Ahumada.

El empresario manejaba Estudiantes con la colaboración de familiares y amigos. En el padrón de socios figuraban apenas 54, y según los dichos del ministro de Gobierno, Justicia, Culto y Transporte puntano, Eduardo Mones Ruiz, “por el estatuto sólo con el 20 por ciento alcanzaba para elegir las autoridades, o sea estamos hablando de diez personas, pero si no se lograba ese 20 por ciento, el segundo llamado podía ser con cualquier número. O sea con cinco personas. Estamos hablando del club más importante de la provincia y uno de los más antiguos, por lo tanto claramente no podía ser que tuviera nada más que 54 socios en situaciones normales”. Además, la mayoría de los integrantes de la comisión directiva tiene su domicilio registrado en la Capital Federal.

Un día antes de que Bianchi fuera presentada como la interventora de Estudiantes -con mandato por 120 días prorrogables-, el sitio local elpuntano.com publicó: “Alberto nos toma el pelo, se muestra como el más férreo enemigo del empresario, fueron socios y le brindó a Ahumada, junto a su hermano Adolfo, todas las garantías para llegar a San Luis. Lo usaron y ahora lo escupen públicamente”.

El gobernador que hoy critica a Ahumada con énfasis después de abandonar el club -del cual Rodríguez Saá es hincha- había compartido veladas con el empresario y hasta lo recibió en su programa de radio para comentar algunas anécdotas futboleras. Un hecho que demuestra la proximidad que tuvieron en el pasado, cuando Estudiantes realizaba muy buenas campañas en los torneos federales. Subió desde el Argentino C a la B Nacional en tres años, la categoría donde seguirá jugando pese a que su ex presidente le dejó la cuenta de los gastos a la provincia. La del plantel profesional llegó a ser de cinco sueldos atrasados.

Todavía se recuerda una protesta muy original de sus jugadores. Cuando comenzaba un partido contra Talleres, en Córdoba, tiraron la pelota afuera y se quedaron parados y abrazados en el centro de la cancha. Desde todo el estadio Mario Alberto Kempes el público local les dedicó un aplauso cerrado y solidario. Incluso lo hicieron sus colegas y rivales ocasionales.

Ahora una mujer deberá lidiar con la herencia de Ahumada: la presidenta de la comisión de Deportes de la Cámara de Diputados. Tiene experiencia en el tema y tratará de poner las cuentas en orden. La Agencia de Noticias San Luis difundió sus primeras declaraciones como interventora: “Es muy importante poder lograr que Estudiantes vuelva a San Luis de donde nunca se tuvo que ir. Será una tarea difícil, no voy a decir que es fácil, pero tenemos la voluntad y el apoyo total del gobernador de la provincia para normalizar esta situación”, declaró Bianchi.

La legisladora es la esposa de Juan Gilberto Funes, el recordado delantero del River campeón mundial del ‘86 que falleció en 1992. Por su función está relacionada con el ambiente del fútbol y es crítica de la comisión normalizadora que preside Armando Pérez: “No es genuina la manera en que está funcionando la AFA. Hay que convocar a elecciones lo más rápido posible”, dijo la semana pasada en La Política Online. En uno de los primeros pasos que dio como interventora de Estudiantes recibió al secretario general de Agremiados, Sergio Marchi, en San Luis. El sindicalista la respaldó en su objetivo inicial: “El club tiene que jugar en San Luis donde está su domicilio legal”, declaró.

Cuando Ahumada se alejó del otro club puntano en donde estuvo, Juventud Unida Universitario, había intentado llevarse en tres camiones de mudanza materiales de entrenamiento que consideraba suyos. No pudo porque los dirigentes se lo impidieron. Esta vez consiguió trasladarse a Lobos pero por poco tiempo. Dijo que lo hacía para ahorrarse “más de 20 mil kilómetros, miles y miles de pesos y alquileres”. Repartió culpas por su nuevo fracaso y se fue, quizá, convencido de que tendrá una nueva oportunidad para invertir dinero del que nadie le preguntará por su procedencia.

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Los jugadores de Estudiantes en un abrazo de protesta.

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