FúTBOL › RACING VENCIO 3-2 A VELEZ Y ENCINTRO SU FUTBOL
Con chapa de candidato
El Pato Fillol se entusiasmó y aseguró que lo de su equipo había sido “fútbol total”. No fue para tanto, pero lo cierto es que el conjunto de Avellaneda jugó una última media hora para el recuerdo. A Vélez parece agobiarlo el cansancio jugando al unísono la Copa Libertadores.
POR DANIEL GUIÑAZU
Si el verdadero Racing es éste que le ganó a Vélez sin dudas, con pinta y alma de equipo en serio, y no aquel que la semana pasada no pudo derrotar a un equipo alternativo de Central, el hincha blanquiceleste puede entibiar su garganta y agitar su bandera con confianza: la Academia tiene chapa de candidato y fútbol suficiente como para sostener su pretensión ante cualquiera y en cualquier momento.
“Racing fue el fútbol total”, exageró Fillol en la conferencia de prensa. Y uno comprende la excitación del Pato después de haberse sacado de encima con autoridad a un equipo difícil como Vélez. Pero no fue para tanto. Es cierto: Racing aportó siempre, y sobre todo en el segundo tiempo, las mejores dosis de fútbol de la tarde, le agregó volumen de juego al despliegue y a la presión habituales y tuvo dos delanteros como Lisandro López y Gastón Fernández que terminaron rompiendo el achique y la defensa con tres en el fondo de Vélez. Pero es preciso tener en cuenta que las mayores ovaciones explotaron recién en los 25 últimos minutos del partido. Después del gol de Mariano González que colocó 2-1 el marcador y cuando a Vélez ya se le hacía imposible disimular que tenía un hombre menos en la cancha por la expulsión de Sena a los 41 minutos de la primera etapa.
Once contra once, el trámite fue áspero, duro. Con un medio campo gordo de volantes (Racing puso cuatro, Vélez cinco) y escaso atrevimiento para soltar gente por los costados. Vélez hizo algo bien: tapó con Jonás Gutiérrez la salida de Romero por la izquierda y, con Broggi, el ida y vuelta de Mariano González por la derecha. Y Racing lo sintió. La pelota anduvo poco por los pies del chileno Mirosevic. Y fue ahí que cobraron importancia Lisandro López y Gastón Fernández. Los dos se movieron mucho y no se rindieron ante las marcas de De Souza y Alcaraz. Y ésa fue la diferencia escasa: mientras Vélez se limitó a la obstrucción (Gracián casi nunca pisó el área, y Zárate y Valdemarín apenas si entraron en juego), Gastón Fernández estuvo muy activo y eficiente, y Lisandro López hizo el primer gol con un derechazo al primer palo.
Cuando Sena se marchó expulsado por un foul a Mirosevic, Vélez no cambió nada, siguió dedicado más a la contención que a otra cosa. Y Racing aceleró en la suposición de que terminaría haciendo sentir el jugador de más que tenía. Rolando Zárate silenció a la multitud con un estupendo derechazo desde fuera del área que puso el 1-1. Pero los once de la Academia consiguieron ser más que los diez de Liniers. Lisandro López y la Gata Fernández encontraron más espacios. Y Mariano González, sin tanta marca encimada de Broggi, se sumó a sus andanzas. Entre los tres urdieron el segundo de Racing que Mariano González convirtió luego de dejar a Peratta por el camino. Y los tres, con algunas pinceladas de Mirosevic y Romero, y lo que aportaba Orozco subiendo desde el fondo, terminaron de redondear una superioridad que se hizo patente al mismo tiempo que las energías y la concentración de Vélez iban menguando, desgastadas por el combo infernal Copa-Clausura.
Patricio Pérez le hizo un penal a Romero que Fernández convirtió tres veces en el 3-1 (el árbitro Sequeira anuló las dos primeras anotaciones por invasión de campo). Y en la última jugada del partido, Rolando Zárate ratificó su inspiración de goleador con un precioso tiro libre chanfleado que achicó las distancias. A esa hora, el Cilindro de Avellaneda era un hervidero de voces e ilusiones.
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