Lun 10.05.2004
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FúTBOL › EL RIVER “MULETTO” SUFRIO PARA GANARLE 1-0 A VELEZ EN EL MONUMENTAL

Millonario, pero de overol

Con un gol de Claudio Husain, el equipo de suplentes de Astrada arrancó bien la semana más importante del semestre y logró una victoria merecida, aunque antes debió luchar bastante ante un rival que le jugó mano a mano y le opuso mucha resistencia. Ahora llegó el momento de pensar en el Santos Laguna, el martes por la Copa, y en el superclásico ante Boca, el domingo.

Por Daniel Guiñazu

River siempre tuvo que luchar. Luchó para ganarle a Vélez con lo justo y sin sobrarle nada. Y luchó aún más para aguantar esta victoria, principio inmejorable de una semana decisiva por la Copa y el Clausura. Al equipo de ocasión que paró Astrada se le notó la falta de ensamble y rodaje colectivo. Y el arco de Peratta se le cerró más de lo debido porque la fortuna miró para otro lado y la definición sigue siendo una asignatura pendiente de titulares y suplentes. Antes del 1-0, River pegó dos pelotas en los postes y dos en el travesaño y dilapidó varias llegadas claras, esas que, de haberse concretado, hubieran escrito un final diferente a la vibrante historia que se vivió en la mañana del Monumental.
No vaya a creerse que, porque River acumuló situaciones de peligro, Vélez fue un sparring de los “millonarios”. El equipo de Ischia se atrevió a cambiar pelota por pelota y, en más de un momento, su desparpajo para buscar el triunfo primero y el empate más tarde, le hizo contener la respiración a la multitud. Ocasiones no le faltaron para dar un susto y en todas tuvo que ver Rolando Zárate. El goleador desperdició dos jugadas claras. Y hasta estrelló un tiro libre en el travesaño en la última acción del primer tiempo.
Para ganar, a Vélez le sobró lo de siempre (coraje) y le faltó también lo de siempre (talento). Y para ganar con mayor holgura y sin tanta zozobra, River mostró demasiados altibajos. Cuando Cubero y Bustos, los dos cinco que puso Vélez, lo tomaron a Montenegro, uno por delante y otro por detrás, y no le dejaron tocar la pelota por largos tramos, River flotó en la cancha sin pesar, sin poder hacer sentir su poder de fuego.
Pero cuando Rolfi encontró espacios para encender sus motores y Sambueza pudo aportarle velocidad y criterio a su despliegue por la izquierda, River fue una tromba y Vélez la pasó mal. En los diez minutos finales del primer tiempo, Sambueza sacudió el palo izquierdo, y en una jugada increíble pero cierta, más cerca del flipper que del fútbol (la más curiosa, quizá, de todo el campeonato), Peratta rechazó hacia un costado un tiro frontal de Montenegro, Maxi López tomó el rebote, el arquero desvió de nuevo, tiró Sand, dio en el poste, volvió a rematar Maxi López, Fuentes salvó sobre la línea, fusiló Sambueza, la pelota pegó en Peratta y rebotó en el travesaño.
Los palos volvieron a salvar a Vélez en la segunda etapa: un disparo cruzado de Sand castigó el parante izquierdo y Montenegro conectó el rebote por encima del travesaño con el arco libre. Parecía que se repetía lo peor de aquella tarde ante Gimnasia, cuando River se cansó de no acertarle al arco. Para evitar que eso volviera a suceder, Astrada colocó a Cuevas por Sand y a Gallardo por Montenegro. Y un pase perfecto de Gallardo para Maxi López terminó con el uruguayo De Souza salvando sobre la raya. Cuevas lanzó el corner subsiguiente, Tula la bajó de cabeza y Claudio Husain, también de cabeza, hizo el gol que todos esperaban y aligeró una tensión que ya era insoportable.
No dejó de sufrir River por haberse puesto 1-0. Debió seguir apretando los dientes porque Vélez le tiró la vergüenza sobre la cancha, le metió los volantes bien adentro de su campo y desplegó su repertorio de centros y pelotazos cruzados para la cabeza de Zárate y Santiago Bianchi. River intentó defenderse con la pelota de su lado pero no le salió bien y terminó pidiéndole a Nasuti y Tula que no se equivoquen y ganen todos los rechazos por arriba y por abajo. Ricardo Rojas, en una corrida memorable, a punto estuvo de marcar el segundo pero hubiera sido un exceso. El River “muletto” necesitaba un solo gol para ser feliz. Lo convirtió y se fue a pensar en Santos Laguna y en Boca. La Copa y el Clausura empiezan a definirse. Y no está mal arrancar ganando la semana más importante en lo que va del año.

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