Con un muy buen trabajo del delantero Darío Silva, Uruguay, que jugó gran parte del tiempo complementario con un hombre menos por la expulsión de Gustavo Varela, derrotó 3-1 a Paraguay en Tacna y se clasificó para disputar las semifinales de la Copa América, donde se enfrentará al ganador entre México y Brasil, que jugaban al cierre de esta edición. Carlos Gamarra, de cabeza, abrió la cuenta para los paraguayos; empató Carlos Bueno, de penal, y en el segundo tiempo liquidó Silva en dos jugadas de contraataque.
Pudieron ser los gritos constantes de Jorge Fossati o las constantes evocaciones religiosas del entrenador, pero lo cierto es que Uruguay reaccionó a tiempo tras la temprana apertura del marcador (nucazo de Gamarra luego de un tiro libre de Barreto), no se desesperó y buscó el arco rival hasta que lo encontró a través de un penal que Gamarra le cometió a Bueno y que el propio Bueno definió con un derechazo que se metió pegado al palo izquierdo del arquero Justo Villar. Tras la igualdad llegó lo mejor de Uruguay, varias situaciones claras que no prosperaron debido al trabajo de Villar. Incluso un cabezazo de Bueno dio en el travesaño.
Después del descanso, cuando todavía no se animaban a más ni unos ni otros, los de Fossati se quedaron con diez por la expulsión de Varela. Los celestes se metieron atrás y a los de Jara Saguier les costaba mucho desnivelar y producir peligro. Buen trabajo de los centrales uruguayos y del arquero Sebastián Viera. Pero el trámite se definió en dos contraataques comandados por Silva. En el primero, cuando la sorpresa parecía desdibujarse, el delantero sacó un remate de media vuelta que se desvió en Carlos Paredes y descolocó a Villar; en el segundo, Silva le ganó la posición a Gamarra –que había intentado hacerse líder entre los suyos y casi consigue empatar, aunque terminó desperdiciando Nelson Haedo–, y sacó un potente remate que pasó por debajo del cuerpo del arquero.