Lun 15.11.2004
libero

FúTBOL › LOS LIDERES DEL TORNEO ENCARAN LA RECTA FINAL

Nada es claro en el Apertura

La tabla luce más atractiva que de
costumbre, con los
cuatro candidatos
separados por tres
puntos y un tapado, Lanús, acechando a sólo cuatro unidades. Para el líder Newell’s viene lo más bravo, Estudiantes es un equipo confiable; las acciones de Vélez bajaron en las últimas fechas y River rema contra la corriente.

› Por Daniel Guiñazú

Lo único claro, a esta altura, es que nada está claro. Y que, a cuatro fechas del final del torneo Apertura, cualquiera de estos cuatro equipos –Newell’s (29 puntos), Estudiantes (28), Vélez (27) y River (26)– puede dar la vuelta olímpica el domingo 12 de diciembre. Lo que algunos leen como apasionante por una supuesta correlación de fuerzas, para otros es la comprobación más evidente de que el fútbol argentino de hoy cobija una mediocridad sin disimulos, y que ser campeón no equivaldrá a ser mejor que nadie sino simplemente a llegar primero, a sumar algún o algunos puntos más que los otros.
Que la tabla luce atractiva lo demuestra que los cuatro primeros están separados, apenas, por tres unidades; luego viene Lanús, con 25. Pero que el nivel del campeonato no supera el listón de lo aceptable surge de la simple observación de los partidos: se corre mucho sin saberse bien por qué o para qué, se juega a no dejar jugar, el esfuerzo abunda mucho más que la inteligencia, y la obsesión por no perder tiñe todo y a todos.
Dos datos prueban lo que es este Apertura: se han convertido, en 15 fechas, 302 goles, 91 menos que en igual cantidad de jornadas del Clausura. Y se han producido 71 expulsiones, las mismas que en todo el campeonato anterior.
Los números hoy lo dan a Newell’s en la punta. Pero, ¿es el equipo de Américo Gallego el principal aspirante al título? De ninguna manera. Sin ir más lejos, en la 12ª fecha, Newell’s ya había llegado a lo más alto luego de ganarle 2-0 a Quilmes. Y en las dos jornadas posteriores no pudo sostener su posición: perdió 1-0 con Almagro en José Ingenieros e igualó 0-0 con Lanús en Rosario. Haberle ganado a San Lorenzo de visitante fue una buena prueba de carácter en un partido difícil y que, hasta la expulsión de Walter García y el insólito cambio que introdujo Veira, poniendo a un defensor (Hoyos) por un delantero (Herrera) en el mejor momento sanlorencista, bien pudo haber perdido. Pero ahora viene lo más bravo: hay que demostrar que, de candidato, se tiene algo más que las pretensiones.
El fixture le reserva dos partidos accesibles como local (Olimpo y Gimnasia) y dos grandes de visitante (Boca e Independiente). Da la impresión de que Newell’s se siente mejor atropellando desde atrás que haciendo la punta. Tiene a favor al mejor arquero del campeonato (el paraguayo Villar), dos marcadores centrales firmes (Maidana y Sebastián Domínguez), dos volantes (Belluschi, el goleador del equipo, y Marino) que van y vienen más que bien por los costados y los chispazos del talento de Capria. Tiene en contra a Ortega: si el jujeño no estuviera pagando a precio tan alto su año largo de inactividad, las chances de Newell’s serían mejores.
Estudiantes es un equipo confiable: gana de local y no pierde de visitante. El conjunto de Merlo no regala belleza ni atrevimiento y, sobre todo cuando sale de La Plata, le falta gol: de sus 19 tantos, convirtió apenas 5 como visitante. Pero es sólido, ordenado, no da pasos en falso, y eso vale mucho cuando se está en la recta final. Sus próximos 360 minutos serán dificilísimos: el domingo juega en su cancha el clásico con Gimnasia, después visita a Independiente en Avellaneda, recibe a Vélez en 1 y 57 y cierra con Central en Rosario. Si supera todos estos exámenes merecerá que se lo llame campeón.
Las acciones de Vélez perdieron valor luego de sus dos empates consecutivos ante Banfield y Argentinos. Además, aunque es el equipo que más triunfos (8) logró, ningún campeón de torneos cortos sufrió cuatro derrotas como las que tiene, hasta el momento, el equipo de Fanesi y, de todos los candidatos, es el que más fechas ha estado en la punta sin haberla podido conservar. Sus prestaciones como local y visitante son similares, pero le cuesta hacer goles fuera de su cancha. El viernes va a Córdoba para jugar ante Instituto. Después le quedan River como local, Estudiantes en La Plata y Arsenal en Liniers. Si se le dieran los resultados y saliera campeón, le quedará adherida una etiqueta de mediocridad que costará poderle despegar.
Finalmente llega River, el único grande que se mantiene en pie luego de las decepciones que encadenaron Boca, San Lorenzo, Independiente y Racing. El candidato de muchos deberá remar a contracorriente para conseguir el bicampeonato. Los triunfos ante Olimpo y Boca disimularon una baja que el empate del sábado ante Gimnasia volvió a poner en evidencia. El entrenador Astrada tiene problemas para restituirle rendimiento a su equipo y ha metido mano sin encontrar, todavía, una expresión individual y colectiva que lo satisfaga. Que haya ganado más y que haya hecho más goles como visitante que como local da la pauta del estado de las cosas. El domingo recibirá a Independiente, luego jugará con Vélez en Liniers, con Central en el Monumental y terminará en Mar del Plata ante Huracán de Tres Arroyos.
Si, de arremetida, River sale campeón, tendrá un mérito esencial: haber descontado cuatro puntos en cuatro fechas. Pero nadie podrá discutir que será un campeón discreto, a tono con los tiempos que corren, con este fútbol que supimos conseguir.

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