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POR D.G.

El orgullo y la vergüenza se dieron cita ayer en La Plata. La presencia del escritor Ernesto Sabato en las plateas de Estudiantes fue un toque emotivo que generó una ovación de parte de los abonados del sector. Pero los incidentes que un grupo de hinchas de Vélez generó al enfrentarse con la policía en las afueras del estadio dieron la nota desagradable de la tarde.
Apenas llegó a la cancha de 1 y 57 invitado por las autoridades del club, Sabato, confeso aficionado al fútbol e hincha de Estudiantes, fue aplaudido de pie por los plateístas, quienes agitaron sus banderas e hicieron sonar sus bocinas como si, en lugar del máximo escritor viviente de la Argentina, hubiera hecho su ingreso una celebridad futbolística del club o alguna otra personalidad de algún otro ámbito. Más de uno, inclusive, no ocultó sus lágrimas.
Sabato agradeció de pie semejante demostración de respeto y afecto, y se emocionó vivamente cuando recibió una camiseta con su apellido grabado en la espalda con la cual vio el encuentro. El escritor se retiró del estadio no bien terminó el partido y, aunque estaba algo apenado por la derrota que dejó a su club sin chances en la lucha por el título, dijo que volverá pronto a la institución, ya que desea tener alguna participación en la celebración del centenario de Estudiantes, que dará comienzo el 1º de enero de 2005.
Los incidentes entre los hinchas de Vélez y la policía sucedieron sobre el final del partido, supuestamente cuando un sector pretendía salir del estadio para toparse con hinchas de Estudiantes, con quienes atraviesan un período de malas relaciones. Hubo disparos al aire por parte de los efectivos policiales y pudieron observarse a varios hinchas corriendo por el Bosque perseguidos por policías de a pie o a bordo de sus vehículos.