Lun 07.02.2005
libero

FúTBOL › MANUEL PELLEGRINI EXPLICA LAS CLAVES DEL VILLARREAL SENSACION

“A Román hay que exigirle”

El técnico chileno disfruta con Riquelme y con su equipo, que ayer le ganó 2-1 a Racing de Santander y ya está quinto, a un punto de meterse en la zona de Champions League. Con seis argentinos en su plantel, el Submarino Amarillo exhibe el mejor fútbol de España. “Es un grupo con mucha ambición”, asegura el entrenador.

› Por Ariel Greco

“La gran diferencia entre los soñadores y los triunfadores es que estos últimos hacen realidad sus sueños en base a sacrificio, constancia, calidad, profesionalismo y honorabilidad.” En la contratapa del libro biográfico de Alberto Acosta, Manuel Pellegrini dejó esa sentencia de vida. Y el ingeniero está haciendo realidad su propio sueño. En su primera temporada en el fútbol europeo, su equipo, el pequeño Villarreal que representa a una ciudad de sólo 40 mil habitantes, se convirtió en la revelación de la Liga española y no para de acaparar elogios. Ayer derrotó 2-1 a Racing de Santander con goles de Diego Forlán y Román Riquelme, hace un mes goleó al puntero Barcelona, ya se ubica quinto a sólo una unidad de los puestos de Champions League, sigue adelante en la Copa UEFA y exhibe un estilo de juego que lleva a la prensa especializada a asegurar que despliega el mejor fútbol del campeonato. A nivel personal, en poco más de seis meses se ganó un respeto mayúsculo, que le valió que el club amarillo hiciera uso de una opción para ampliarle el contrato por una temporada más, ante las primeras versiones de que equipos más poderosos ya estaban pensando en el chileno como una alternativa para llevar a la dirección técnica. Desde Villarreal, el ex entrenador de San Lorenzo y River mantuvo una extensa charla con Líbero, en la que le contó cómo vive su exitosa experiencia europea, las claves del gran momento del conjunto y sus ganas de retornar en el futuro a dirigir en la Argentina. Y claro, del gran presente que atraviesa Juan Román Riquelme como conductor del equipo.
–¿Cómo vive este momento tan feliz en España?
–La verdad es que estoy muy contento. Tanto a nivel personal como a nivel profesional. La gente está muy contenta, el equipo está jugando muy bien y logró el equilibrio que tanto me interesa encontrar cuando dirijo.
–¿Es una revancha por cómo se dio su salida aquí?
–No, para nada. En los tres años que estuve en la Argentina logré salir campeón con San Lorenzo en el 2001 y otra vez en el 2002, con River en el 2003 y se consiguió llegar a una final internacional, algo que River hacía siete años que no lograba. Más allá de la salida y de lo que significó el hecho de perder con Boca, valoro mucho mi experiencia en la Argentina. Me sentí respetado y obtuve logros en un fútbol muy difícil.
–¿Cómo valora haberse ganado un espacio en Europa, algo que no muchos técnicos sudamericanos consiguen?
–Es un orgullo. Que se hable de que el equipo juega muy bien, que se diga que es uno de los que practica el mejor fútbol de España, que supere con claridad y por tres goles a rivales como el Barcelona o el Valencia y que despierte tanta expectativa es algo muy lindo. Igualmente, por la cantidad de jugadores sudamericanos, se habla de que el equipo tiene ese estilo, pero no es tan así. Jugadores como Guayre, Josico, Javi Venta o José Mari están muy compenetrados con el proyecto. En cualquier parte del mundo se puede intentar jugar por abajo, no es sólo patrimonio de Sudamérica.
–¿Hasta dónde puede llegar el Villarreal?
–Por más que es una ciudad muy chica y que no es un club tradicionalmente importante, tiene un gran proyecto. El presidente Fernando Roig se preocupa cada año en mejorar, no piensa en vender jugadores ni en hacer negocios. Entonces se puede soñar con cosas grandes, no se puede decir que hay un techo. Igual, no podemos hacer esas especulaciones. Así como ahora estamos muy bien, todo puede cambiar muy rápido. Por eso yo sólo pienso en cada partido, en el rival siguiente y en tratar de llegar lo más alto posible cuando termine el torneo.
–¿Tiene miedo de que, al ser un club sin tanta historia, el plantel se termine conformando con una buena campaña? Cuando llegó el año pasado a la semifinal de la Copa UEFA y perdió con Valencia, dejó esa sensación.
–No lo creo. Noto que este grupo tiene una gran ambición y mucha predisposición. Después hay ver cómo se dan los resultados. Sin meterme en lo que sucedió el año pasado, tal vez el tope de ese plantel era ése y cayó con Valencia porque no le daba para más que eso. Ahora hay nuevos jugadores, con mucha personalidad, que se integraron bien.
–¿Cuál es la importancia de Riquelme en el equipo?
–Román está atravesando un gran momento, no sólo futbolístico. Está muy maduro, se convenció de todo el potencial técnico que tiene y eso lo ha llevado a convertirse en una de las figuras de la Liga. Además está respaldado en un equipo que funciona bien, con otras individualidades en gran nivel, como Forlán, como Reina, como Gonzalo. Entonces, Riquelme puede lucir como una de las grandes individualidades del Villarreal.
–Se lo nota más combativo, hasta luchando por recuperar la pelota.
–Yo lo veo muy mejorado en ese aspecto, con otra mentalidad, con muchas más ganas. Era algo en lo que él estaba muy limitado y que en Europa es muy necesario. Técnicamente está muy por encima de cualquier jugador en cualquier parte del mundo. Está muy motivado, con confianza y sabe que es una pieza importante. Eso no implica que yo lo quiera a Román recuperando pelotas en nuestro campo, eso no nos sirve. El es más útil con la libertad de crear.
–¿Cómo lo motiva? ¿Hay que mimarlo mucho?
–No, para nada. Todos me preguntan si tengo que mimarlo mucho, pero para mí es todo lo contrario. A Román no hay que mimarlo, hay que exigirle. El tiene sus condiciones y las debe explotar. Hay que darle responsabilidad. Igual, en un plantel hay 20 personalidades diferentes y la idea es conocer el pensamiento de cada jugador para sacarle el máximo provecho.
–¿El equipo es Riquelme-dependiente?
–El tiene una libertad para jugar en un determinado lugar de la cancha, pero es la misma que yo les di a Romagnoli en San Lorenzo y a D’Alessandro en River. Ellos lo cumplieron y Riquelme también lo está haciendo en gran nivel. No hay dependencias. Es una las individualidades que se destacan en el Villarreal.
–Para muchos es el mejor jugador de la Liga. ¿Usted lo cree así?
–En los números de valoración que hace la prensa española, Riquelme está primero. En esta Liga hay varios futbolistas de gran nivel y Román es uno de ellos, no hay ninguna duda. Es una primera figura.
–¿Es una ventaja tener tantos jugadores sudamericanos, en especial argentinos?
–La ventaja es tener buenos jugadores compenetrados con el proyecto, sean de la nacionalidad que sean. Y eso es lo que sucede en este plantel.
–¿Cómo es su relación con José Pekerman?
–A José lo conozco de su paso por Chile. La relación fue siempre cordial. Cuando asumió en la Selección Argentina, lo llamé para conversar, porque nosotros tenemos cuatro o cinco jugadores que él habitualmente convoca. Para un entrenador es siempre un orgullo que citen a los futbolistas que dirige, así que considero que no habrá inconvenientes. Hay que tener comprensión. Además, con las fechas FIFA está todo bastante claro.
–¿Sigue habitualmente el fútbol argentino? ¿Cómo lo ve a la distancia?
–Siempre, estoy muy pendiente de lo que pasa. Me puso muy contento que el Tolo Gallego haya salido campeón con Newell’s. Al juego lo veo muy parecido, siempre difícil, muy competitivo, con Boca y River con diferencia por sus planteles, pero con algún tapado que siempre aparece para entreverarse.
–¿Se ve retornando en el futuro?
–Me motiva mucho el fútbol argentino. Ojalá pueda volver, obviamente no en un futuro muy cercano, pero me encantaría retornar a dirigir en la Argentina. Allí me fue muy bien. Campeón con San Lorenzo, con River, casi firmo un contrato con Boca. El balance es muy positivo y hay que separar lo que fue mi salida de River. A mí nadie me echó. Yo dije que si no se ganaba la Copa Sudamericana me iba porque ya se había generado un clima hacia mi persona que no era bueno. Entonces no podía afrontar otra Copa Libertadores con esa carga, porque si después ocurría una eliminación, como luego pasó, no iba a estar dispuesto a tolerar lo que se iba agenerar en mi contra. Yo no soy de River, pero conozco bien su idiosincrasia. En River están acostumbrados a tener técnicos-hinchas, o que fueron ex jugadores. Yo no me quise identificar de esa manera con River. Sí lo intenté desde el trabajo, pero no con declaraciones o con cargadas hacia los demás equipos. Siempre respeté a todos, por eso creo que me gané un respeto importante y me siento muy valorado en la Argentina.

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