En el fútbol todos tienen su momento. Para algunos es de pena, de bronca e impotencia; para otros, de alegría, de esperanza, de ilusión. Este último parece ser el caso de Racing. Tras la victoria de ayer ante Lanús, que encendió el corazón de los hinchas al punto de animarse a cantar, agitando sus banderas: “Sí, sí, señores, yo soy de Racing/ yo soy de Racing de corazón/ porque este año de Avellaneda/ salió el nuevo campeón...”, Racing extendió sus posibilidades al título y, más allá de las cuentas que hay que hacer, comenzó a sentir que éste es su momento. Y, ciertamente, lo es.
Las cuentas dicen que Racing no depende de sí mismo para salir campeón. Más allá de los seis puntos que tiene por delante, y que debería ganar, tiene que esperar que Vélez deje al menos tres puntos en el camino para forzar un partido desempate. El fixture favorece al conjunto de Avellaneda: Banfield, golpeado por la eliminación de Libertadores, de visitante, y San Lorenzo, que está pensando desde hace rato en el próximo campeonato, de local.
Los de Liniers, en cambio, la tienen más fulera. Tienen que jugar en La Plata contra Estudiantes, que se mancó en la última recta, aunque tiene chances matemáticas de salir campeón del Clausura y conserva el incentivo de seguir sumando para asegurarse un lugar en la próxima edición de la Copa; y en la última fecha debe visitar a Arsenal que, si bien perdió fuerza entre los candidatos tras la derrota ante Gimnasia, todavía puede sonreír frente a ciertas cuentas que le permitirían obtener también el título, milagros deportivos mediante.
Simplificando, Vélez y Racing son los dos candidatos más firmes que tiene el campeonato. Son bien distintos. El de Liniers es un equipo al que futbolísticamente no le sobra nada, aunque se muestra más sólido; el de Avellaneda es más vistoso e incluso parece tener buenas variantes, como quedó demostrado ayer con el ingreso del pequeño Moralez, pero le cuesta cerrar los partidos, liquidarlos: una buena lección le dio Almagro empatándole en tiempo de descuento. Otro detalle que no hay que obviar es la ausencia en la última línea de Grabinski, quien sufrió ayer un desgarro.
No sólo está en disputa el Clausura. Racing, Vélez, Estudiantes, River y Central pelean también por dos de los cuatro cupos de la Libertadores. Uno ya es de Newell’s, campeón del Apertura; el otro será de quien se lleve el Clausura. Las dos plazas restantes serán para los dos mejores ubicados en la tabla general de la temporada. Vélez lidera esa tabla con 69 puntos, seguido por Estudiantes (60), Newell’s (59), Racing (58), River y Central (57).