FúTBOL
Fútbol top ten
El año futbolístico argentino se fue sin grandes equipos, pero dejó muy buenas individualidades, algunas repetidas en los últimos torneos y otras gratísimas apariciones. Líbero entrega un listado
para analizar y discutir por un buen rato. Producción: Ariel Greco
Rodrigo Palacio
En un año en Boca, el delantero bahiense se acomodó como el próximo gran referente de la hinchada. Sin quererlo, fue partícipe clave para que Guillermo Barros Schelotto, primero, y Marcelo Delgado, más tarde, quedaran relegados al banco de suplentes. Pero sustentado en su juego, soportó la presión de postergar al ídolo (incluso propio) y se ganó el corazón de la gente, que lo agasajó con una ovación en la final de la Sudamericana. Para ello mucho influyeron los 15 tantos que marcó en el segundo semestre, que lo convirtieron en el goleador de Boca tanto en la Copa como en el Apertura. Pero tampoco pasaron por alto sus piques incansables, los desbordes por derecha o por izquierda ni los consagratorios partidos ante el Internacional (3 goles) o ante Independiente. Desde que apareció en Huracán de Tres Arroyos no paró de evolucionar y no se vislumbra su techo. Un seleccionable para Pekerman.
Fernando Gago
El hoy indiscutido volante central de Boca inició el 2005 con sólo dos partidos en Primera División, que se habían dado en las últimas fechas del Apertura 2004, cuando el por entonces equipo de Jorge Benítez apostaba todo a la Copa Sudamericana. Exactamente un año después se convirtió en un mediocampista completo, con todo el bagaje técnico que demostró desde su aparición, pero con una capacidad de quite cada vez más importante y con una personalidad admirable para un jugador de 19 años. Además, en esos doce meses llenó su currículum con cuatro títulos, ya que logró el Mundial Sub-20 en Holanda con la Selección Argentina y luego sumó con Boca la Recopa ante Once Caldas, el Apertura y la Copa Sudamericana. Tras compartir espacio con Raúl Cascini en la primera mitad del año, con la llegada de Alfio Basile ganó más protagonismo y resultó determinante en las conquistas boquenses. Tanto que se ganó los elogios de Maradona y Pekerman y se lo menciona como posible seleccionable. Por ahora, su única deuda es el gol.
Lucas Lobos
Uno de los varios casos de jugadores que al fin pudieron ratificar a lo largo de una temporada las condiciones que insinuaban en algunos encuentros aislados. Esa fue la realidad del conductor de Gimnasia, líder futbolístico de un equipo que estuvo a punto de lograr un título histórico. Una muestra de su evolución la marcan los goles que anotó. En los 18 partidos del Apertura logró cinco tantos, apenas uno menos de los que había conseguido en sus anteriores 88 encuentros en Primera. Tiene gambeta y panorama, virtudes ya conocidas, pero al agregarle continuidad se transformó en un jugador muy peligroso y útil. Su destino está en España.
Lucas Castromán
Si no era por la lesión que lo marginó en el cierre del Apertura y la fase final de la Copa Sudamericana, probablemente hubiese sido el jugador del año. Reinventado como delantero con la llegada de Miguel Russo, el ex jugador de Lazio resultó determinante para que Vélez ganara el Clausura. Y casualidad o no, el conjunto de Liniers recién se despidió del Apertura y la Sudamericana sin su presencia en la cancha. En el primer semestre se transformó en el goleador de Vélez, con ocho conquistas. En la segunda mitad del año aportó seis goles, tres en el torneo local y tres en el certamen continental. Hasta su lesión en el tobillo era el futbolista más pedido para que se integre a la Selección.
Leandro Somoza
En silencio, el mediocampista central de Vélez se afirmó en su puesto hasta transformarse en puntal del equipo campeón del Clausura. Líder de la presión que ejerce el conjunto de Miguel Russo, a los 24 años logró consolidarse como patrón de la mitad de la cancha, gracias a una gran capacidad de quite y a una correcta distribución de pelota. Incluso se animó a probar desde afuera del área, vía por la que le convirtió un golazo a Gimnasia, y a patear penales, como el que le anotó a Instituto. Por su excelente nivel, Vélez ya recibió dos ofertas desde Francia por su volante central.
Radamel Falcao García
En una temporada olvidable, en la que cosechó 15 derrotas, la mayor cantidad histórica en un año, la aparición del delantero colombiano fue una de las pocas alegrías que tuvo River para celebrar. Su debut se produjo con Leonardo Astrada como técnico, pero la explosión real llegó con Reinaldo Merlo, que lo mandó a la cancha en medio de la crisis en un clásico ante Independiente. Y el atacante de la Selección Sub-20 de Colombia le respondió con dos goles. Luego anotó ante Olimpo y repitió el doblete ante Lanús y ante San Lorenzo. En total convirtió siete goles, exhibiendo una gran ductilidad en el momento de la definición y un promedio envidiable de un tanto por partido. No por nada, el mejor momento de River en el certamen coincidió con sus minutos en cancha. Después de que se lesionó, el conjunto de Merlo no volvió a ganar.
Sergio Agüero
No resulta descabellado afirmar que la suya es la aparición más explosiva del fútbol argentino en los últimos años. Con 17 años ya pasaron dos desde que Oscar Ru-ggeri lo hizo debutar en la Primera. Pero en este Apertura mostró el gran despegue. Tras consagrarse campeón del mundo juvenil en Holanda, el delantero recibió toda la confianza de Julio Falcioni para convertirse en la principal referencia ofensiva. Y respondió con fútbol y goles. Sin que le pese la mochila de la diez de Bochini, el pibe mostró atrevimiento, gambeta y un pique corto electrizante para comandar un equipo que no lo acompañó del todo bien. Igualmente, marcó nueve goles, sólo uno de penal.
Leonardo Pisculichi
Hacía varios campeonatos que su incisiva zurda venía apuntando, pero recién en este año, en especial en el Apertura, pudo consolidarse como un jugador decisivo. Con una pegada envidiable comandó a un equipo que fue sorpresa en el arranque, pero que le faltó final para completar un certamen impensado. No obstante, el diez de Argentinos cumplió con una cuota goleadora espectacular al marcar diez goles, dos de ellos de penal, otros dos de tiro libre y otro más desde larga distancia. En la victoria 4-1 sobre Tiro Federal vivió una noche mágica, al marcar los cuatro tantos de su equipo. Ya se despidió de Argentinos, es inevitable que el próximo torneo lo encuentre con otra camiseta.
Javier Cámpora
A los 25 años, el delantero rosarino explotó en el Apertura y consiguió una marca inédita en el fútbol argentino. Nunca en la historia se había dado que un integrante de un equipo que finalizó último en el torneo se consagrara como goleador. Cámpora lo consiguió con trece tantos, apenas uno de ellos de penal. Entre sus virtudes mostró el cabezazo en anticipo, fórmula con la que les anotó a Boca y a Instituto. También mostró mucha facilidad para girar hacia los dos perfiles, método con el que, por ejemplo, sorprendió a Gimnasia: ese enganche para acomodarse y en el mismo movimiento sacar la media vuelta de zurda ante Navarro Montoya resultó clave en la definición del certamen. Sin embargo, su actuación más determinante se dio, paradójicamente, ante su ex equipo. En la undécima jornada, Tiro Federal le ganó 4-0 a Central, con tres tantos de su goleador, en lo que fue el primer tanto en Primera División del conjunto del barrio Ludueña.
Daniel Bilos
Se desdibujó un poco en los últimos dos meses, luego de sufrir una neumonía, pero hasta ese momento era uno de los jugadores más desequilibrantes del fútbol local. Lo demostró en el primer semestre en Banfield y lo ratificó en Boca, lo que le valió la convocatoria a la Selección Argentina, casi un ruego del mundo futbolero. Con un tranco imparable cuando arranca lanzado en velocidad y con una potencia física difícil de soportar, el volante/delantero marcó el rumbo de Boca en la primera parte del Apertura. Y ya lo había hecho con Banfield en la histórica campaña que lo depositó en los cuartos de final de la Copa Libertadores, donde mantuvo en jaque a River hasta el último
segundo.