FúTBOL › GIMNASIA LE GANO AYER EN AVELLANEDA
Con un gol de penal de Vargas, los platenses se quedaron con la victoria. El equipo de Simeone volvió a adolecer de su crónica falta de fútbol y no pudo empatar el partido ni con tres delanteros.
› Por Daniel Guiñazú
Algo está fuera de cualquier discusión: el amor desmesurado de la gente de Racing por sus colores. Una multitud fue a Avellaneda convocada por el rito del fútbol sin fútbol. Todo lo demás flota en una densa incertidumbre: ¿Simeone se va o se queda? ¿Vuelve Merlo? ¿Quiénes insuflarán más dinero a la próxima etapa del gerenciamiento? ¿Los italianos? ¿Los mexicanos? ¿Algunos ex jugadores de la Selección? En medio de la ola de rumores con final abierto que repiquetea en cada rincón del estadio, hay un equipo que se arrastra en la cancha, que sufre y hace sufrir, que ya ha agotado sus respuestas, que depende más de lo que le dejen hacer sus rivales (en la cancha y en la tabla) que de lo que pueda llegar a hacer (en la cancha y en la tabla).
La derrota ante Gimnasia sumó un episodio más en la interminable secuencia de degradación futbolística que aqueja a Racing. Lo más grave de todo es que no parece ser el último. Partido a partido, Racing parece tocar fondo, pero no. Siempre cae más bajo, siempre juega un poco peor. Ayer volvió a quedar prisionero de sus viejos vicios: la falta de fútbol, la ausencia de gol. El gurrumín Moralez se cansó de encarar y de gambetear. Pero su habilidad no pudo contagiar al equipo y terminó confundido entre la mediocridad general. Y la carencia de poder ofensivo se resume en sólo dos datos: Racing tiene la delantera menos efectiva del campeonato y no ha marcado goles en 10 de los 14 partidos del torneo.
Simeone hizo en el ataque su enésima prueba. Apostó por Estévez y Valdemarín, pero no pudo sostenerlos. Estevez no entró a jugar el segundo tiempo (lo reemplazó Villanueva), Valdemarín le dejó su puesto a Pablo González luego de desperdiciar cinco ocasiones y encima, Luna ingresó por Fileppi. Que Racing haya terminado jugando con tres delanteros no significó nada: a Navarro Montoya sólo pudieron inquietarlo con pelotas detenidas. Empujando; nunca jugando.
Gimnasia ganó haciendo poco. Y eso califica por sí solo a Racing. Se puso en ventaja con un gol de penal de Vargas (Cabral lo tomó de la camiseta) cuando poco y nada hasta ahí había sucedido. Y en el segundo tiempo se dedicó a proteger su módica ventaja sin ponerse colorado. Armó una línea de cuatro en el fondo bajándolo del medio a Semino (hasta allí, uno de los tres números cinco que Troglio dispuso) en la cancha, otra línea de cuatro en la mitad de la cancha, y dejó arriba a los velocísimos Vargas y Pierguidi para jugar de contraataque. Mientras Licht los asistió con sus subidas por la izquierda, los dos delanteros platenses complicaron con sus piques. Cuando los dejaron desamparados porque aguantar era la consigna única, se terminaron diluyendo hasta que fueron reemplazados. Pero ni siquiera eso puso en entredicho la victoria.
A los 25 minutos, después de un rato largo de presión y pelotazos a la cabeza de Diego Crosa, todos en Racing, los jugadores y los hinchas, bajaron los brazos. Y una onda de resignación se apoderó de la otrora bullente olla celeste y blanca. Marín se va, Simeone anda en eso. Ya no hay nadie a quien culpar de la debacle. Racing parece entregado, a siete días del próximo cachetazo.
GIMNASIA-1 N. Montoya-6 Herner-5 San Esteban-6 Goux-6 Cabrera-5 Escobar-5 Semino-5 E. González-5 Licht-6 Vargas-6 Piergüidi-5 DT: Troglio | RACING-0 Campagnuolo-6 Cabral-4 Grabinski-5 D. Crosa-6 Arano-5 Mirosevic-5 M. Sánchez-5 Fileppi-4 Moralez-5 Estevez-4 Valdemarín-4 DT: Simeone |
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