Si San Lorenzo no se llevó ayer los tres puntos frente a River fue sólo por su falta de decisión cuando el partido se la reclamaba. Es que tuvo todo a favor para pasar por encima a River, que ni jugaba ni ofrecía resistencia –salvo el arquero Germán Lux, la figura entre los de Passarella–, y parecía tener la cabeza puesta en otra cosa, tal vez su clasificación para la siguiente fase de la Copa Libertadores. Los locales fueron absolutamente superiores en la primera etapa, pero después, con un hombre más, no supieron liquidarlo y tuvieron que conformarse con la igualdad. El mejor jugador del partido fue el ex Chacarita Diego Rivero, quien estuvo imparable por el sector derecho, pero debió ser reemplazado en el último tramo del partido por lesión.

Al cabo de un primer tiempo entretenido quedó claro que River no parecía estar metido en el partido. Sólo tres situaciones de gol, ninguna demasiado clara, contra siete de los locales, quienes debieron irse al descanso en ventaja de no haber sido por las muy buenas intervenciones de Lux, el único entre los visitantes que pareció estar a la altura de las circunstancias. Lo cierto es que la actitud de River no fue la de un equipo que defiende la punta del torneo; más bien estuvo cerca de la actitud que el equipo suplente mostró el pasado miércoles en Quito, en su derrota frente a El Nacional, que condicionó su clasificación copera a una victoria sobre Libertad en el Monumental.

Contra cualquier pronóstico, River pareció dedicarse a reservar sus fuerzas para el ahora crucial partido frente a los paraguayos por la Libertadores, lo que constituye un claro absurdo, ya que supuestamente Passarella había reservado a los titulares frente a los ecuatorianos para no perder la punta del torneo Clausura, que disputa nada menos que con Boca. A fin de cuentas, los últimos dos partidos de River parecen el producto de un error de cálculo.

También fue superior San Lorenzo en el complemento, aunque careció de ímpetu como para definir las chances que se le presentaban. Ni siquiera pudo hacer valer el hombre de más, luego de la zonza expulsión de Tula, a los 58 minutos, por una mano innecesaria en ataque cuando ya había acumulado una amarilla: increíble inocencia del defensor de River, en un partido que era clave para su equipo. River debió reacomodarse y sacar a Higuaín, que prácticamente no había tocado la pelota, producto de la desconexión entre los volantes y delanteros.

Lo mejor de San Lorenzo, sin dudas, fue el trabajo que realizaron Rivero, Mateo y Osmar Ferreyra en el mediocampo, dueños de la zona durante todo el encuentro. De un centro del ex River nació un potente cabezazo de Darío Bottinelli que habría significado la victoria de no ser por Lux, quien salvó milagrosamente. Poco antes el arquero de River sostenía el cero tras un buen remate de Barrientos.

El ingreso de Barrado por Santana no cambió las cosas en River, que no encontraba el camino y ni siquiera parecía estar cerca de hacerlo. Passarella descargaba su bronca en Montenegro, a quien le reclamaba constantemente que ensamblara su juego con Farías, otro que no estuvo a la altura del encuentro, hasta que decidió reemplazarlo por Lima. En cambio, para San Lorenzo los cambios fueron más redituables: ingresaron Darío Bottinelli y Peirone, aunque no le alcanzó para encontrar el gol que le hubiera significado la victoria.

S. LORENZO-0 Orión-6 A. González-5 J. Bottinelli-6 Pereyra-6 Saavedra-6 Rivero-8 Mateo-7 Ferreyra-7 Barrientos-5 Lavezzi-5 Ulloa-5 DT: Ruggeri

RIVER-0 Lux-8 Ferrari-5 Cáceres-5 Tula-4 Mareque-4 Santana-5 Ahumada-5 Zapata-6 Montenegro-5 Higuaín-4 Farías-5 DT: Passarella

Estadio: San Lorenzo.
Arbitro: Horacio Elizondo.
Cambios: 59m Gerlo (5) por Higuaín (R), 69m Peirone por Ulloa (SL), 75m Barrado por Santana (R), 80m D. Bottinelli por Rivero (SL), 90m Lima por Montenegro (R).
Incidencia: 57m, expulsado Tula (R).