“Coño, lo mal que hemos jugado hoy.” Robert Prosinecki, aquel brillante jugador croata, no le ponía muchas vueltas para calificar en la sala de prensa del Frankenstadion a la actuación de Croacia, que decepcionó con respecto a lo que había mostrado en Berlín ante Brasil, apenas empató 0-0 con Japón y complicó de manera notable su clasificación para los octavos de final. La indiferencia con que despidieron los fanáticos hinchas croatas a su selección es una muestra clara de lo poco que produjo el equipo cuadriculado.

Estaba todo dado para que Croacia viviera su fiesta. Desde el sábado, las calles de Nuremberg se habían teñido de rojo y blanco, y los hinchas estaban ilusionados con empezar a encaminar la clasificación. Pero el equipo no respondió. No tuvo el trato de pelota que había mostrado ante los brasileños, pero sí volvió a padecer con la falta de profundidad. Entonces, si bien atacó más, contó con las mejores chances y convirtió al arquero Kawaguchi en figura, lejos estuvo de parecerse al conjunto de la primera presentación. Y, para colmo, casi pierde el juego en la última maniobra del partido.

Del otro lado, los japoneses parecen entender un poco más lo que es el fútbol. Al menos, los hinchas ya no festejan los laterales y hasta se animaron con una canción: es cierto, aburrieron con un único hit durante toda la tarde, pero al menos por algo se empieza. Y en la cancha no opusieron armas demasiado convincentes, apenas un traslado de balón prolijo, pero casi nula llegada. La presencia de Naohiro Takahara, aquel centrodelantero que pasó por Boca, le dio un toque pintoresco a la tarde, pero no mucho más. El actual atacante de Hamburgo sólo apareció en una ocasión, cuando habilitó de manera notable a Nakamura, en la jugada más clara del partido. Pero Yanagisawa, con el arco vacío en el borde del área chica, definió a lo Taka en Boca, con lo que la maniobra terminó en saque de arco.

Los croatas merecieron más: pudieron abrir el marcador con el penal que Kawaguchi le sacó a Srna, con una media vuelta de Klasnic que desvió muy bien el arquero, con un derechazo en el travesaño de Kranjcar o con otra entrada del hijo del técnico que no pudo definir con acierto. También con alguno de los cuatro contragolpes en los últimos cinco minutos que resolvieron mal los atacantes. Pero también lo pudieron haber perdido en ese pasaje cuando Simunic sacó a un metro de la línea un desborde del brasileño nacionalizado Alex. Es que, pese a ser monótono a lo largo de casi todo el desarrollo, el tramo final resultó emocionante. Los dos, conscientes de que el único que hacía negocio con el empate era Australia, se jugaron por la victoria y dejaron muchos espacios en defensa. Faltó precisión para definir y los dos se quedaron con un gusto amargo. Por eso, la desidia con la que los hinchas despidieron a los equipos. Los croatas, porque sintieron que dejaron pasar una buena chance. Y los japoneses, porque están empezando a entender de qué se trata.

0-JAPON

Kawaguchi; Kaji, Miyamoto, Nakazawa, Alex Santos; Ogasawara, Nakata, Fukunishi, Nakamura; Takahara, Yanagisawa.

DT: Zico.

0-CROACIA

Pletikosa; Simic, Kovac, Simunic, Srna; Tudor, Kovac, Babic, Kranjcar; Klasnic, Prso.

DT: Zlatko Kranjcar.

Estadio: Frankenstadion (Nuremberg).

Arbitro: Frank De Bleeckere (Bélgica).

Cambios: 64m Tamada por Yanagisawa (J); 72m Olic por Tudor (C); 80m Modric por Kranjcar (C); 87m Oguro por Takahara (J); 88m Bonsjak por Srna (C).