Sin un jugador de excepción aunque con numerosas figuritas que aparecerán en el firmamento futbolístico concluyó ayer el Sudamericano Sub-20, que se disputó durante tres semanas en cuatro subsedes paraguayas. En líneas generales, el certamen fue uno de los más discretos de los últimos tiempos, aunque dio para el lucimiento de algunas estrellitas, como el uruguayo Edison Cavani, que con sus goles puso alegría a muchas jornadas de tedio. El fútbol charrúa lució también a talentos como el delantero del Udinese Juan Ignacio Surraco, o el excelente defensor Martín Cáceres, que marcaron la diferencia en el cuadro celeste.

Brasil trajo un equipo con muchas bajas, pero tuvo jugadores de inocultable calidad como el delantero Alexandre Pato, que con su habilidad en la gambeta y efectividad en la definición cautivó al público paraguayo. Pato, campeón mundial de clubes con el Inter de Porto Alegre, fue, con 17 años, uno de los jugadores más jóvenes del torneo. El capitán brasileño, Lucas, un extraordinario volante de contención que también sabe definir con frialdad, se erigió en otro referente indiscutible del torneo jugado en el caluroso verano paraguayo. Los volantes Leandro Lima (Sao Caetano) y Willian (Corinthians) sumaron calidad y habilidad a su equipo.

En Argentina, el recio defensor Martín Cahais unió su eficacia a la labor infatigable de Ever Banega, la conducción de Maxi Moralez y el oportunismo de Angel Di María. En Chile ratificaron su clase los jóvenes de Colo Colo Alexis Sánchez y Arturo Vidal, mientras sorprendieron gratamente el defensa Nicolás Larrondo (Universidad de Chile), el volante Carlos Carmona (Coquimbo) y los delanteros Nicolás Medina (Universidad) y Matías Vidangossy (Unión Española). Con un trabajo permanente de un año, el cuadro del técnico José Sulantay fue, quizás, el más regular del certamen.

En Paraguay, sus principales figuras Cristian Bogado (Nacional), José Montiel (Udinese, italiano) y Carlos Acuña (Cádiz, español) deben sentirse en deuda con su público. Colombia basó sus posibilidades en su delantero Juan Pablo Pino, un joven de excelentes condiciones que fue transferido en plena competencia del Independiente de Medellín al Udinese italiano.

Entre los equipos eliminados en la primera fase se destacaron en Bolivia el arquero Carlos Lampe, el defensor Carlos Tordoya (Arsenal) y el delantero Gustavo Pinedo (Cádiz de España). En Perú, el delantero Damián Ismodes (Sporting Cristal) marcó la solitaria excepción.