El Nuevo Gasómetro vivió una jornada de fiesta. Un partidazo que no se resolvió hasta el último segundo, un clásico que tuvo todos los condimentos, un resultado que dejó a San Lorenzo como puntero, con tres unidades de ventaja. Muchos factores como para entender la alegría de los más de 30 mil hinchas azulgrana, que se quedaron durante varios minutos celebrando el agónico 4-3 sobre Independiente. Es que recién pudieron respirar aliviados cuando en el minuto final, el derechazo de Machín, desde el borde del área, se fue pegado al palo derecho de Orion.

En la semana hubo un duelo dialéctico entre los técnicos. “Independiente va a hacer un planteo defensivo”, desafió Ramón. Pero si bien a último momento pareció darle la razón con el ingreso de Armenteros por Sosa, la idea de Burruchaga fue enfrentarle un espejo a San Lorenzo. Los dos técnicos colocaron dos volantes centrales y dos por afuera, un mediapunta que se tiraba atrás y un único delantero neto. Entonces, ante la semejanza de esquemas, las diferencias pasaron por las individualidades. Y en ese contexto, las ventajas las hicieron los mediocampistas visitantes. Porque en la derecha, Fredes superaba en su duelo a Ferreyra, situación que se repetía en la izquierda, sector en el que Armenteros le ganaba a Rivero. Además, Pusineri lo encimaba y lo ahogaba a Ledesma, con lo que San Lorenzo no tenía manera de generar juego.

Ni siquiera el gol de Silvera, tras un quite de Tula y una buena contra encabezada por Hirsig, modificó el panorama del juego. Es que San Lorenzo estaba cortado, sin que pudieran intervenir sus atacantes. Y para colmo, en el área tampoco podía mostrar solvencia: dos centros con pelota parada desde la derecha significaron dos goles en contra, primero con un cabezazo de Pusineri y luego con una media vuelta de Denis, tras una peinada en el primer palo. Sin embargo, una falla de Guillermo Rodríguez, que se dejó ganar la posición por Gastón Fernández, posibilitó el empate del líder, tras un gran amague de su goleador ante la salida del arquero.

Por más que no era bien jugado, el trámite era entretenido. La intensidad de ambos y las ganas de triunfar, más los notorios errores defensivos, posibilitaban que no hubiese tiempo para respiros. Ya el dominio de Independiente no era tan evidente, sobre todo por la salida de Montenegro y el crecimiento de Ledesma. Y en el clima de paridad, la contundencia de San Lorenzo marcó otra vez la diferencia. Silvera metió un cabezazo limpito ante un centro de Rivero para devolverle la ventaja a los de Ramón.

Ahí era el momento para que el puntero terminara de resolver el partido. Había estado en ventaja, le dieron vuelta el resultado, pero se había recuperado. Sin embargo, su inestabilidad defensiva le volvió a traer inconvenientes. Otra vez apareció Pusineri para ganar de arriba tras un centro de Eluchans y someter a Orion. La cuarta muestra del día de un gol sin festejarlo por su autor: antes, la frase hecha decía “los goles no se merecen, se hacen”. Ahora, el lugar común podría transformarse en “los goles no se festejan, se hacen”.

El impacto aplacó a la gente y también al equipo. Claro que en una jugada muy confusa en la que Silvera salvó un centro que parecía perdido, Bottinelli metió otro cabezazo goleador para sellar el 4-3. Igual, para poder festejar, San Lorenzo tuvo que esperar hasta el último minuto. Recién cuando Machín tiró la pelota final afuera desde el borde del área, el equipo de Ramón se sintió cómodo puntero. Por eso, el festejo alocado de los jugadores en el campo y de los hinchas en las tribunas.

Estadio: San Lorenzo.

Arbitro: Sergio Pezzotta.

Goles: 8m Silvera (SL); 16m Pusineri (I); 40m Denis (I); 44m G. Fernández (SL); 63m Silvera (SL); 68m Pusineri (I); 31m Bottinelli (SL).

Cambios: 65m Sosa por Montenegro (I); 66m Bianchi Arce por Rivero (SL); 77m Machín por Fredes (I); 81m R. Díaz por Pusineri (I); 83m Acevedo por Hirsig (SL); 85m Ulloa por Fernández (SL).