“Lo mejor está por venir”, había dicho Daniel Passarella, el técnico de River, el viernes pasado luego del entrenamiento del plantel. Seguramente, el conductor nunca se imaginó que esas palabras resultarían tan lejanas ante la actualidad que vive el equipo. Otra actuación decepcionante sirvió como desencadenante para el fastidio del público, que comenzó a ver el futuro con demasiada incertidumbre. Como ante el Caracas venezolano, River volvió a perder ante un adversario supuestamente inferior, el Gimnasia jujeño, a partir de la capacidad individual de sus integrantes, y demostró que por ahora no está a la altura de conseguir objetivos grandes.

Los muchos que especulaban que este River modelo 2007 desarrollaría un juego superior al del año pasado se están dando cuenta que este equipo necesita cosas del anterior. Por ejemplo, como Passarella decidió que no pretendía sumar un enlace, la falta de un jugador de esas características le dificulta al equipo encontrar los caminos para llegar al arco rival. En el estadio de Vélez, el conjunto de Núñez utilizó el tiro de media distancia para inquietar a Valdivieso. La otra variante fue el desborde por los laterales para lanzar un envío aéreo al centro del área.

De esa manera, primero Galván no pudo conectar un centro de Farías, y luego el propio delantero no tuvo precisión en dos cabezazos, cuando se encontraba sin marca. Además, Farías perdió un duelo con el arquero cuando remató ingresando por la izquierda. Mientras, Gimnasia sólo se apoyaba en la tarea de sus dos delanteros, y justamente Quinteros estuvo cerca de convertir con un derechazo que se fue apenas arriba del arco.

En el final del primer tiempo el público de River comenzó a pedirles más “garra” a sus futbolistas, quienes no podían ante el orden de los jujeños. Cuando habían pasado 14 minutos del segundo tiempo los simpatizantes corearon el nombre de Ortega, el héroe el domingo anterior ante Quilmes, con aquel tanto que generó tanta polémica. Y si bien Ortega ingresó dos minutos más tarde, quedó claro que sólo está en condiciones de participar pocos instantes. Más allá de que realizó algunas habilitaciones con justeza, el jugador está muy lejos del nivel que supo ofrecer.

Para colmo, luego de que desde la tribuna le solicitaban más “movilidad” al plantel, llegó el único gol del encuentro: Iuvalé lanzó un pelotazo largo para el ingresado Turdó, y después de que Rivas quedara en el camino, el ex Independiente definió con un toque de zurda ante la salida de Carrizo. Eso fue el factor para que el hostigamiento fuera en aumento: “No juegan contra nadie”, o “Y pongan h... la p... que los parió”, era lo que se podía escuchar desde la tribuna local.

En definitiva, River entregaba una imagen similar a la que venía mostrando, con la diferencia de que esta vez no surgieron los goles en el descuento para calmar la ansiedad.

Pero el final fue más intenso todavía. Después de que Valdivieso atrapara la pelota en un cabezazo de Farías, por primera vez aparecieron insultos para Passarella. Hasta algunos directivos que se encontraban en la zona de los palcos fueron el blanco de las críticas. Por ello, quedó claro que aquella frase del entrenador del último viernes no estaba emparentada con lo que generó el equipo en la cancha. Habrá que seguir esperando para saber si “lo mejor” finalmente llegará, o si todo quedará en expresiones vacías.

Cancha: Vélez (local River).

Arbitro: Federico Beligoy.

Gol: 79m Turdó (G).

Cambios: 61m Ortega por Galván y Ruben por Rosales (R), 69m Basualdo por R. Gómez (G), 74m Turdó por Gandín (G), 75m Rivas por Tuzzio (R), 88m Noce por Iribarren (G).

Recaudación: 348.477 pesos.