Huracán no debió sufrir tanto para volver a Primera, después de cuatro años en el ascenso. No debió, pero lo que parecía su estigma se reprodujo, calcado, y otra vez los dientes apretados, los rostros crispados, los rezos interminables, los minutos de mil segundos... La victoria sobre Godoy Cruz debió haberse producido con mayor claridad por lo jugado en el primer tiempo, en el que el equipo conducido por Antonio Mohamed borró del campo a los mendocinos, pero terminó concretándose angustiosamente con un golazo de tiro libre de Raúl Gordillo a menos de cinco minutos del final, después de un cuarto de hora angustioso tras el empate transitorio logrado por los locales en apenas un minuto. Después de lo que sufrió en San Juan, Huracán transpiró un rato en Mendoza, pero finalmente logró lo que tanto se merecía: el regreso a Primera.

El triunfo en esta serie de Promoción es tan incuestionable como cuestionable era el hecho de que Huracán la jugara contra Godoy Cruz, un equipo que terminó 14º en la tabla general de la temporada 2006/07 de Primera. Pero a la hora de plasmar esa superioridad de categoría en la cancha, al equipo cuyano le faltó estatura y terminó siendo superado con notable diferencia por el conjunto de Parque Patricios, tanto en el encuentro de ida como ayer, en plena Mendoza, aunque sufriera esos contratiempos que ya se han hecho carne en los hinchas del Globo...

Huracán disfrutó, a lo largo de la temporada, de actuaciones destacadas de los mismos jugadores que sobresalieron en la finalísima de ayer, empezando por Cristian Sánchez Prette, un volante con llegada profunda y especial claridad con la pelota en los pies, que estuvo ausente en la aciaga noche sanjuanina, pero que ayer abrió el camino a la victoria con un tanto madrugador, como para empezar a marcar la pauta del partido: recuperó la pelota en el piso, enganchó, pasó entre dos rivales a la carrera para meterse en el área y sacó el derechazo cruzado que venció a Torrico.

Al Globito lo oxigenó el ligero trato de Mauro Milano, un puntero livianito que hace de su tamaño una virtud, que convirtió goles clave a lo largo de todo el año y que, para no transformar la jornada en una excepción, decidió presentarse al marcador, cuando recibió de Larrivey en el área y, sin desesperarse, enganchó con derecha para desairar a Devaca y Torrico y rematar bajo, de zurda.

Con Milano, autor de 13 goles a lo largo de la campaña, se asoció en general Federico Poggi, otro bajito de buen pie, ventilando los tres cuartos de la cancha y con interesante remate de larga distancia, pero especialmente Joaquín Larrivey, el centrodelantero cuyo pase al Cagliari podría demorarse otros seis meses (y por quien River mostró interés), un atacante con olfato y potencia, tanto de arriba –con un cabezazo temible– como de abajo –con las dos piernas–, que había convertido el 2-0 en el partido de ida, y que ayer tuvo una clarísima situación para marcar (con el partido 1-0), una media vuelta en el área que Torrico, que fue figura de su equipo en el primer tiempo, sacó al corner. Con 19 tantos, Larrivey fue el goleador de la campaña huracanense.

También tuvo Huracán valores encomiables en el medio, marcando, cortando y tocando con acierto, como Barrientos, Solana o Gordillo, que estampó un remate fenomenal, tirado sobre la derecha, que superó la barrera y la estirada de Torrico, un remate con destino de ratonera que le dio al marcador la justicia que el juego le estaba reclamando.

Abajo, la experiencia de Ubeda se complementó con la calidad de Cellay y el trajín de Christian Díaz, y la fortaleza de la zaga se revalidó en estas dos finales de Promoción, excepto por ese par de minutos de distracción en los que Leo Díaz perdió la concentración que había mostrado con solvencia y le permitió a Godoy Cruz alentar una esperanza.

¿Se lo merecía Huracán? Se lo merecía, y no sólo por su extensa historia de Primera, su invalorable contribución a la prosapia del fútbol nacional. Si acaso la campaña no fue lo exquisita que sus hinchas anhelaban (ganó sólo 22 de los 42 partidos que jugó y, durante los primeros 10 encuentros, cuando lo dirigió Chiche Sosa, sólo logró dos triunfos) en los dos partidos de la Promoción demostró que puede jugar a la altura de lo que las circunstancias le exigieron. ¡Salud, quemeros!

Estadio: Malvinas Argentinas (Mendoza).

Arbitro: Carlos Maglio.

Goles: 6m, Sánchez Prette (H); 52m, Milano (H); 70m, Miranda (GC); 71m, Arzuaga (GC); 86m, Gordillo (H).

Cambios: 30m, H. Buján (6) por Barrera (GC); 46m, E. Buján (5) por Torresi (GC); 52m, Arzuaga (5) por Olmedo (GC); 66m, Solana por Sánchez Prette (H); 71m, Gordillo por Poggi (H); 76m, Vigna por Coyette (H).