A Boca le falta gol y ayer lo volvió a demostrar. Y como le falta gol, también le faltan puntos. Por eso, en un partido muy parejo, el equipo de Miguel Russo se vino sin nada de Santa Fe por un golazo de Freddy Grisales, que le dio a Colón la chance de celebrar una victoria difícil de olvidar y que le permite ubicarse en el lote de los escoltas.

Para Boca, ganar en Santa Fe significaba un pequeño despegue. Sacaba tres puntos y en la próxima fecha tiene que recibir a Olimpo. Y en el peor de los casos, igual mantenía la punta. Con esa licencia salió a enfrentar a un equipo que tomaba el encuentro con la importancia que le genera su posición en la tabla del descenso y, sobre todo, con la posibilidad de prenderse para pelear arriba.

Frente a ese panorama, la idea de Boca fue apostar a la velocidad de Palacio como argumento excluyente. Sin un enganche definido, porque Gracián volvió a arrancar como suplente (y ni siquiera ingresó), a Boca le cuesta generar fútbol. De esa manera, la búsqueda del ataque se focalizó en pelotazos largos para que Palacio pudiera correr con mucho terreno a su favor. Es cierto que el bahiense se mostró muy veloz y resultó muy difícil de contener, pero no estuvo preciso en el momento de definir. Entonces, Boca volvió a sufrir uno de los males que le viene aquejando desde que arrancó el Apertura: la falta de gol.

Y en ese factor se puede explicar que Boca no haya conseguido escaparse en la cima de la tabla. En siete partidos, el equipo de Russo apenas logró nueve goles, una media muy baja para sus habituales producciones. Y lo curioso es que sus dos delanteros titulares apenas lograron un gol cada uno. Ayer, Palermo tuvo tres ocasiones, aunque ninguna limpia. En la primera llegó exigido a un centro de Dátolo e intentó definir de taco, pero su sutileza pegó en un defensor. La siguiente fue una peinada en el primer palo, que se fue cerquita del segundo. Y en la tercera recibió un rebote en el área, pero se demoró en rematar de derecha y lo taparon. Por su parte, las claras de Palacio fueron dos. En una tocó de zurda por encima de Tombolini y la pelota se fue desviada, mientras que en la otra esperó al arquero, que se cayó, y en vez de definir, prefirió asistir a Dátolo, que cabeceó desviado.

Allí está probablemente la clave de la cuestión: los delanteros no están siendo bien asistidos y tampoco pueden definir las chances que se generan. Ante Colón lo pagó caro. No supo aprovechar su mejor momento en el partido y luego debió padecer que los santafesinos se le vinieran encima, en especial luego de la expulsión de Urribarri. Allí pasó algunos sofocones, pero Paletta le dio otra presencia al fondo, además de que los mediocampistas buscaron aportar mayor equilibrio que apostar por incursiones ofensivas. Por eso, no veía con malos ojos el empate, que le permitía seguir solo en la punta. Claro que Grisales tenía otra idea. Con un derechazo similar al de Riquelme ante Gremio en la final de la Libertadores, el colombiano puso el 1-0 definitivo. Como para que Boca recuerde dónde pueden estar el fútbol y los goles que le están faltando.

Estadio: Colón.

Arbitro: Federico Beligoy.

Gol: 90m Grisales (C).

Cambios: 55m Cahais (5) por Dátolo (B); 63m Centurión (5) por Capurro (C); 76m Jerez por Romero (C) y Boselli por Palacio (B); 79m Cardetti por Gandín (C); 86m A. González por Banega (B).

Incidencias: 52m expulsado Urribarri (B); 73m expulsado Garcé (C).