FúTBOL › INDEPENDIENTE VENCIó A SAN LORENZO EN UN PARTIDO INTENSO, CON MUCHA EMOCIóN
Probablemente el resultado no fue justo, pero el equipo de Borghi supo hacer lo que no logró River el jueves: aguantar el resultado. El gol en dos tiempos de Rodríguez llegó en el segundo tiempo, después de un arranque aburrido.
› Por Juan José Panno
Los hinchas de San Lorenzo, acostumbrados a nadar en almíbar en los últimos tiempos y más aún después de la gesta heroica del Monumental, recibieron y despidieron estrepitosamente al equipo. Aplausos a los jugadores al principio, aplausos al final a pesar de la derrota, como reconocimiento a lo hecho en la Copa y también al sudor derramado para enderezar un partido que venía torcido. Eso sí, se quedaron con bronca porque últimamente creen que todo es posible y tuvieron la sensación de que el resultado no fue justo. Algo de razón tenían. Independiente no hizo por el partido mucho más y si en algún momento se mostró superior fue cuando se aprovechó de las urgencias y la desesperación de su rival.
Como contracara de lo que no había sabido hacer River días atrás en el Monumental con dos hombres más, Independiente intentó con el gol en el bolsillo (y de a ratos consiguió) enfriar la pelota en la mitad de la cancha y calentar su juego con tres o cuatro contraataques que pudieron terminar en gol. Ese fue su mérito principal, sumado a la entrega para sostener el resultado en el fondo.
El del primer tiempo fue un partido de esos que merecen verse sentados, un poquito recostados o más que eso, acostados y dormitando de a ratitos. Un plomazo. El del segundo tiempo fue otra cosa. Embarullado, desordenado, pero abierto y emotivo con llegadas por todos lados. Para verlo de pie. La primera llave que planteaba la apertura del partido fue el primer cambio de Ramón Díaz: Bergessio por Acevedo. Tres delanteros de punta en un partido que estaba cero a cero.
San Lorenzo soñaba con ganarlo, pero a la red llegó Independiemte en el inicio mismo de esa segunda etapa. Corner de Montenegro, pelota rebotada que queda boyando en el área y Guillermo Rodríguez la empuja en dos tiempos. Gol rarísimo, segunda llave que abrió el partido. La tercera fue la entrada de D’Alessandro por Voboril, a los 15 minutos. En el fondo quedaron Aguirre, Tula y Bottinelli y San Lorenzo pasó del 4-4-2 del primer tiempo a un 3-3-1-3 que lo acercó mucho hasta Assmann, pero que puso en riesgos permanentes a Orion.
Montenegro, que casi no había dado señales de vida en la primera etapa, utilizó los cómodos espacios abiertos para hacer circular la pelota y para llegar en jugadas individuales hasta el corazón del área. Tuvo dos oportunidades muy grandes. No se le dio por cuestión de centímetros en sus dos remates cruzados.
En el otro arco, Assmann tuvo que ganarse el día con varios revolcones, algunos puñetazos apresurados, una tapada a un remate potente de Bergessio y tres o cuatro pelotas enganchadas en el aire ante centros amenazantes. La sensación de que el equipo local podía empatar el partido nacía más en los antecedentes que en lo que en realidad estaba pasando en la cancha. Bergessio hizo más que Romeo y Menseguez juntos, D’Alessandro armó un par de buenos ataques, pero no alcanzó. Independiente aguantó teniendo la pelota o reventándola sin demasiados reparos. El público festejó el nuevo eslabón de la cadena de triunfos que había empezado Pepé Santoro. No pudieron copar el Gasómetro porque en la tribuna de enfrente los ecos del jueves sonaban más fuerte.
Estadio: San Lorenzo.
Arbitro: Carlos Maglio.
Gol: 46m G.Rodríguez (I).
Cambios: 45m Bergessio (5) por Acevedo (SL); 58m Machín (5) por Grisales (I), 60m D’Alessandro (5) por Voboril (SL); 70m Placente por Hirsig (SL); 72m Calello por Fredes (I); 80m Caracoche por Herrón (I).
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