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Lunes, 7 de julio de 2008

FúTBOL › EL DELANTERO FUE EL GOLEADOR ARGENTINO DE LA TEMPORADA 2007/2008

Palermo Gol-lywood

Muchos lo creen en decadencia, pero el atacante de 34 años sorprendió marcando más tantos que ningún otro futbolista aquí o en el exterior. En la cuenta superó a Germán Denis.

 Por Juan José Panno

Está buena la publicidad esa en la que Martín Palermo llama a Alfio Basile para recordarle que sigue teniendo el mismo número. El mensaje en términos futboleros es tan claro como la marca que promociona: “Teléfono, Coco”. Otro mensajito claro es el que manda con otros números, los de la tabla de goleadores. Palermo fue el futbolista argentino que más goles hizo en toda la temporada: 32 en 49 partidos. Nadie hizo más goles que él. A la cola vienen los que juegan acá y los que andan buscando redes por el mundo: Denis, Cruz, Crespo, Tevez, Cavenaghi, Agüero, Lisandro López, Cvitanich, siguen las firmas.

Aquí les hizo goles a Banfield, Independiente, Racing, Vélez, Newell’s, San Lorenzo y Lanús, entre otros. De los de afuera, atendió a Colo Colo, Fluminense, San Pablo, Atlas. Todavía están frescos los tres golazos que le metió al Atlas en Guadalajara, de modo especial el último, cuando picó magistralmente la pelota –como si supiera–, causando tanta sorpresa como admiración.

El 29 de agosto del año pasado había abierto la cuenta con un cabezazo contra Independiente y el 22 de junio de este año la cerró con una palomita ante Tigre. Un símbolo. De los 32 goles que marcó, 13 fueron de jugada, 5 de penal y 14 de cabeza. Catorce goles de cabeza, se repite. Palermo es, como se sabe, el mejor cabeceador del fútbol argentino actual. Es de los pocos que salta con los ojos bien abiertos y golpea a la pelota con los parietales casi con la misma potencia que con el empeine. Más allá de la natural ventaja que proporciona estar a casi 2 metros del suelo, tiene una singular intuición para encontrar el lugar justo y mucha viveza para poner bien el cuerpo y aguantar la embestida de los defensores rivales.

Dicen sus detractores que su porcentaje de eficacia es bajísimo en relación con la enorme cantidad de centros que le tiran sus compañeros. Exageran. No son tantos centros porque Boca maneja otras variantes ofensivas, pero no está mal que se lo busque con insistencia considerando la relación de costo-beneficio.

Hace poco lo consultaron a Basile por una eventual convocatoria de Palermo para la Selección y, aunque no cerró la puerta, dijo, resaltando sus virtudes, que su presencia en el equipo obligaría a cambiar la forma de juego. Puede pensarse que es una salida elegante del entrenador, quien piensa que en realidad la carrera de Palermo empieza a entrar en la curva descendente y difícilmente llegaría en plenitud al próximo Mundial.

Basile lo conoce bien a Palermo, a quien dirigió en Boca. Sabe de todas sus virtudes, entre las que se debe incluir una tenacidad inclaudicable para buscar el gol por cualquier camino, aun a riesgo de quedar en ridículo como le ha ocurrido más de una vez, intentando una chilena, una volea o un taco. En tiempos de Basile, el equipo producía algunos movimientos de toque asociado en velocidad que se volvían un “enchastro” cuando la pelota le llegaba al grandote número 9. Pero en tiempos de Basile y de Bianchi, antes y de Russo y de Ischia y del que venga siguió firme con lo suyo.

Los números marcan 32 en 49 encuentros, un gol cada 137 minutos, un 65 por ciento de eficacia. No hay polémica posible. Y eso también está claro.

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