Boca puede jugar un tiempo con la cabeza puesta en las desprolijidades y la tensión que existe en el afuera y padecer el partido ante San Martín, tal como algunos sufren la sucesión de Ischia y los tironeos para que Bianchi lo suceda. Pero Boca también puede encenderse de un momento para otro y, con un par de estocadas, construir una victoria impecable para empezar a dejar atrás la crisis que se desató tras la eliminación de la Copa Libertadores. Todo eso puede ser Boca en 90 minutos. Un equipo de múltiples caras, con cambios de clima y de temperatura.

Porque empezó frío, a tono con el clima que se vivió ayer en la Bombonera. A diferencia de lo que todos esperaban desde un principio, no hubo clamor popular para exigir la vuelta al banco del técnico más ganador de la historia. Sólo un par de banderas y total indiferencia para el actual entrenador. “Bianchi, respetamos tu decisión”, rezó un trapo atrás de uno de los arcos. “Coco el gran DT”, resaltó otro, en referencia al primer nombre que tiene en su lista Bianchi. Pero desde ahí nada más.

Y Boca pareció mimetizarse con eso. Porque estuvo dormido en la primera mitad, se mostró poco preciso en el manejo de la pelota, quizá porque Riquelme por momentos pareció desconectado y porque lo de Gaitán fue tímido. Para colmo San Martín estuvo decidido a ser protagonista, y con una noble propuesta, de pelota contra el suelo, hizo trabajar a Abbondanzieri, tanto que le sacó una clarísima a De Muner con la punta del pie.

En ese laberinto, Boca resolvió un problema que parecía mucho más complicado a pura contundencia. Con tres toques encontró lo que el equipo tucumano no podía en más de 20: el gol. Palacio le robó una pelota controlada a Noce, tiró el centro y Palermo empezó a ponerle calor a la noche, casi sin hacer demasiado, lo que le permitió disimular algunas falencias defensivas y en la zona de creación. Problemas que se esfumaron en el complemento.

Allí todo cambió. Los tucumanos parecieron sentir el golpe y Boca, con espacios, liquidó el pleito en un cuarto de hora. Primero, Palacio consiguió su premio por el gran esfuerzo hecho durante toda la noche. Y luego Palermo, tras una excelente jugada en la que participaron Vargas, Gracián y Palacio, selló la victoria para que en el club de la Ribera comiencen a curar las heridas.

La victoria sirve para empezar a vislumbrar con mejores ojos el futuro. Quedan tres fechas y varias semanas para ilusionarse con un segundo semestre mucho mejor. Gran parte de lo que viene se definirá en esos días, por eso Boca y sus dirigentes tienen que poner lo mejor para no sufrir otras turbulencias como en la que está inmersa el club por estos días.

Informe: Nicolás Sagaian.

Estadio: Boca.

Arbitro: Gabriel Brazenas.

Goles: 35m Palermo (B); 75m Palacio (B); 77m Palermo (B).

Cambios: 56m Canío (5) por Anchén (SM); 74m Gracián por Gaitán (B); 80m Fondacaro por Barroso (J); 42m Ibáñez por Urbano (SM); 86m Leone por Pérez (SM).