FúTBOL › EL GOL DE PALERMO, UNA MARCA PARA LA HISTORIA DEL FúTBOL MUNDIAL
La victoria de Boca 3-2 sobre Vélez se concretó con un gol que no tiene antecedentes conocidos, al menos por estas tierras. Gol de Martín Palermo, de cabeza, desde casi la mitad de la cancha, tras un rechazo del arquero Germán Montoya.
› Por Juan José Panno
Martín Palermo, el de los records, el de los más de 200 goles con la camiseta de Boca, el que erró tres penales en un mismo partido, pero hizo un gol de penal pateando con los dos pies, el que le metió un gol desde atrás de mitad de la cancha a Independiente, el que le hizo un gol a River en cámara lenta casi con muletas, el que convirtió su gol 100 con los ligamentos rotos, el que hizo goles de chilena, de tijera, de zurda, de derecha, de volea, de cocazo, de nucazo, de chiripa, de rodilla, con el parietal derecho, con el izquierdo, con el frontal, con el pecho, con el hombro y hasta con los glúteos, ayer tuvo más cabeza que culo cuando convirtió un gol increíble que quedará registrado para siempre en la historia del fútbol de acá y de todo el mundo.
A las 9 de la noche de ayer ya lo habían visto más de 500 personas en el YouTube, lo repiten en todos los canales y entonces se puede revisar un poco más fríamente esa jugada que causó un impacto tremendo en la Bombonera, al punto deque el grito de gol se demoró más de lo habitual cuando se ve llegar una pelota al arco vacío. Es que ese balón llegaba desde casi la mitad de la cancha (a unos diez metros de la raya central, o sea cuarenta metros) impulsada por la cabeza de Palermo. Ninguna de las 40 mil personas que estaban en la Bombonera había visto alguna vez un gol de cabeza de semejante distancia; en realidad será muy raro encontrar a alguien en el mundo que alguna vez haya visto un gol así.
Insúa podrá contar que el día del gol increíble él metió un pelotazo largo; Gaitán, que corrió por las dudas; Papa, que cubrió la salida de Montoya; Montoya, que no rechazó muy fuerte hacia la mitad de la cancha y que no vio que ahí estaba Palermo.
La primera impresión fue que se trató de un blooper, que la pelota le pegó en la cabeza al grandote y se fue a la red; pero no. Está claro que Palermo se preparó para ponerle la testa a ese misil y que arqueó el cuerpo para darle fuerte. El balón se asoció a la fiesta bostera agarrando un efecto después del pique que permitió el condimento del suspenso, porque entró pegadita a uno de los postes. La historia registrará que fue en el arco del Riachuelo a eso de las 8 de la noche del domingo 4 de octubre de 2009.
Con el tiempo también se recordará que ese día Palermo no había tenido muchas oportunidades de marcar. Metió un cabezazo en el primer tiempo, pero lo taparon bien y bajó muy bien. No le tiraron muchos centros desde las puntas (su compañero de ataque fue Gaitán, Ibarra subió poco, Monzón no estuvo preciso), pero buscó hacerse pivote y le bajó una pelota muy buena a Riquelme, a quien sacaron de la posición cuando iba a rematar.
Boca le ganó a Vélez con tres goles de los más veteranos. El primero, de Battaglia, fue un muy clásico cabezazo; el segundo, de Román, brillante por la precisión y colgando la pelota del ángulo, y el tercero no fue clásico, ni lindo, ni nada de eso. Sólo fue increíble. Como Palermo mismo.
Estadio: Boca.
Arbitro: Javier Collado.
Goles: 6m Caruso (V), 35m Battaglia (B); 47m Caruso (V), 64m Riquelme (B), 74m Palermo (B).
Cambios: 70m Cristaldo por Moralez y Somoza por Cabrera (V), 76m Zárate por Razzotti (V), 80m Erbes por Insúa (B), 84m Marino por Gaitán (B), 90m Viatri por Riquelme (B).
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